12/May/2024
Editoriales

ARTE Y FIGURA 22 06 23

Continuamos con Libro “Antonio Bienvenida, El Arte del Toreo”, por José Luis Rodríguez Peral

     Juan Silveti hijo

 

En la temporada veraniega de 1949 debutaron 3 novilleros, 2 en la México y otro en el Toreo de 4 Caminos, quienes lograron animar el ambiente en forma extraordinaria, al grado de llenar varias veces y al mismo tiempo ambos enormes cosos.

 Ellos fueron Juan Silveti y Eduardo Vargas, pareja de la México y Fernando de los Reyes “El Callao” en El Toreo. Silveti, a quien empezó a llamársele “El Tigrillo”, en recuerdo de su progenitor, demostró desde un principio lo que traía dentro para llegar a gran figura. Con un estilo sobrio y clásico, gran dosis de valor sereno y compresión sorprendente de la lidia para un torero tan joven, triunfó varias veces y fue ajustado para tomar la alternativa durante la temporada invernal. Se la otorgó Fermín Rivera en presencia de Manolo Dos Santos con una corrida de La Laguna. Esa tarde apenas se vio junto a los dos maestros, lo cual ocasionó que durante ese año casi no toreara.

 Pero al siguiente, en cuanto se firmó el acuerdo entre las agrupaciones taurinas española y mexicana se trasladó a Madrid, donde nada menos que Antonio “Bienvenida” le confirma la alternativa con “Pavito”, de Sánchez Cobaleda, al que cortó la oreja, en presencia nuevamente del gran Dos Santos.

 La primavera de 1951 llegaba a su fin, y desde ese día Silveti sentó sus reales como uno de esos poquísimos toreros a quienes el público de Madrid distingue con su predilección.

 Al año siguiente se queda solo en ese inmenso ruedo con 4 torazos de Pablo Romero, cuando “Rovira” y Pablo Lozano son enviados a la enfermería, y en todos demuestra su torería, además de cortarle las dos orejas a uno. Luego sale en hombros junto a su padrino “Bienvenida” y Manolo Carmona la memorable tarde en que los seis del Conde de la Corte llegan desorejados al destazadero.

 Ahí, en Madrid, se convirtió en figura del toreo para los dos continentes durante muchas temporadas. En la Colonia Condesa, donde vivió de joven, así como en la hacienda de Piedras Negras, donde hizo su aprendizaje taurino, sus éxitos eran siempre festejados por los amigos que hizo en todas partes.

  

 

     Continuará… Olé y hasta la próxima.