26/Apr/2024
Editoriales

Enero 21 de 1769: Nace en San Miguel el Grande, Ignacio Allende, quien sería uno de los más grandes héroes durante la guerra de independencia.

Enero 21 de 1769: Nace en San Miguel el Grande, Ignacio Allende, quien serí­a uno de los más grandes héroes durante la guerra de independencia. Criollo, hijo de españoles y de buena posición social, pertenecí­a al ejército realista donde se distinguí­a por su capacidad militar.

Pero IA aspiraba a ser ciudadano de un paí­s independiente, no súbdito de una monarquí­a ajena y lejana, así­ que participó en las dos mayores conspiraciones con ese objetivo: la de Valladolid y después la de Querétaro. En esta última fue el promotor principal, pues su experiencia en la primera fallida, cuyos dirigentes eran los militares José Marí­a Garcí­a Obeso así­ como los hermanos Nicolás y Mariano Michelena, le daba una idea clara de qué habí­a fallado.

Por tanto, en Querétaro, donde se reuní­a un grupo de conspiradores en la casa del matrimonio Miguel Domí­nguez y Josefa Ortiz, se le reconocí­a como el jefe por su experiencia en el movimiento anterior y por su preparación militar. Sin embargo, cuando Allende vio que el cura Miguel Hidalgo y Costilla tení­a mucho más carisma y contaba con el respeto del pueblo, simplemente se alineó poniéndose a sus órdenes. Allende estaba en el pueblo de Dolores, visitando al jefe indiscutible del movimiento en su parroquia donde se quedarí­a a pernoctar.

Como a eso de las 2:00 horas del 16 de septiembre de 1810, llegó a avisarles a ambos Juan Aldama (hermano de Ignacio Aldama), de que se habí­a descubierto la conspiración, pues una vez más habí­a sido delatada (en la de Valladolid habí­a sucedido igual). Como los dos grandes caudillos no estaban dormidos por discutir la estrategia de la insurgencia, -Hidalgo querí­a iniciar ya el levantamiento, y Allende querí­a esperar a tener más amarres con otros militares inconformes con la situación-, y como en la discusión ya habí­an llegado a repartirse las responsabilidades, de que Hidalgo serí­a el reclutador de gente y Allende el instructor militar, el tema estaba suficientemente discutido.

Así­ que con el aviso de Aldama, simplemente decidieron adelantar el inicio del movimiento de inmediato, y por eso el grito de independencia se dio en Dolores antes de amanecer el 16 de septiembre. Todas las versiones históricas dicen que IA siempre tuvo diferencias con Hidalgo, cierta competencia al interior del movimiento, pues ciertamente reconocí­a su liderazgo polí­tico pero no estaba de acuerdo en la forma en que conducí­a las cosas desde el punto de vista militar.

En el mayor éxito bélico que tuvieron -la batalla del monte de Las Cruces-, quien dirigió las fuerzas insurgentes en el campo de batalla fue Allende, pero las grandes decisiones las tomaba Hidalgo, en su calidad de jefe supremo del ejército insurgente. Consumado su triunfo, ambos discutieron respecto a la toma de la ciudad de México, pero Hidalgo impuso su liderazgo y no entraron a la capital, retirándose rumbo a Guadalajara donde sí­ tomaron la ciudad. Pero este error les costó que el virrey echara mano de su mejor hombre: Félix Marí­a Calleja, quien estaba con su ejército en San Luis Potosí­ y se movió a enfrentarlos rumbo a Guadalajara.

Hidalgo no quiso arriesgar a la población tapatí­a con una batalla de ese tamaño, así­ que salió rumbo al Puente Calderón a sostener ese enfrentamiento. Calleja los derrotó con un ejército mucho más chico pero mejor capacitado. Y después de esa batalla, todo fue mal para los insurgentes pues pelearon entre ellos Hidalgo y Allende, quedando este último al frente del ejército y con un Hidalgo disminuido en su liderazgo, salieron rumbo al norte, a Zacatecas y Saltillo, buscando la frontera con Estados Unidos. Ya hemos comentado la traición que sufrieron Hidalgo y Allende en Baján, donde fueron prendidos y después trasladados a Chihuahua para ser juzgados y fusilados el 28 de junio de 1811: Allende, Aldama, Jiménez, y el gobernador de Nuevo León, Santa Marí­a, para, posteriormente, hacer lo mismo con Hidalgo, cuyo juicio tuvo otras caracterí­sticas por su calidad de sacerdote.

La cabeza de Allende así­ como la de otros caudillos, fue llevada a la Alhóndiga de Granaditas, con una escala de 15 dí­as en Zacatecas, para que el pueblo de Guanajuato viera cómo quedaban quienes se habí­an sublevado en contra de la corona española, y en ese lugar habí­an irrumpido humillando a los españoles que estaban presentes. Ignacio Allende es uno de los más grandes héroes de la independencia mexicana y hoy conmemoramos su nacimiento.