Las amenazas de muerte contra del secretario de seguridad federal Omar García Harfuch, descendiente del mítico general García Barragán, siguen luego de que fuera emboscado por unos sicarios en el año 2020 en plena avenida Paseo de la Reforma en Ciudad de México.
Sin embargo, este joven y experimentado jefe policiaco es el comisionado en Sinaloa para tratar de controlar el estado sede del temido cártel de sinaloa, hecho impensable durante todo el sexenio de López Obrador, visitante asiduo de esa región.
¿Cómo es posible que el gobierno de Claudia Sheibaun esté haciendo lo contrario a lo que hacía su antecesor? ¿qué sucedió en tan pocos días para dar un viraje en el rubro más álgido de la administración federal? para entenderlo, recurrí a revisar las fábulas griegas, que suelen darnos luz en los acontecimientos actuales.
Un Gallo estaba trepado en un árbol temblando de miedo pues una Zorra hambrienta que no podía subir hasta donde él se encontraba, lo asediaba y le decía que bajara, que le traía buenas noticias.
_ Hay una proclama nueva en donde se establece la paz y concordia entre las bestias y las aves; ya se acabó el cazarnos y devorarnos mutuamente. Baja, suplicaba la Zorra.
El Gallo, dentro de su temor tuvo una idea desesperada para salvarse y de inmediato la puso en práctica.
_Ya bajo amiga Zorra, solo espero a que lleguen dos perros amigos míos que vienen corriendo hacia acá.
_Qué pena amigo Gallo, tengo prisa y debo partir de inmediato
_¿Por qué te vas tan pronto? ¿Temes a los perros? ¿Acaso no hay paz entre nosotros?
Le preguntó el Gallo.
_No les temo, pero creo que esos canes no han leído la proclama, dijo la Zorra al tiempo de echar carrera en sentido contrario a donde supuestamente venían los perros.
Esta fábula griega representa al miedo en todas las especies; el Gallo le teme a la Zorra, y ésta teme a los perros. Ambos se salvaron gracias al miedo, solo que el Gallo sí estaba en problemas y su temor era fundado, mientras que la Zorra se asustó con solo escuchar el nombre de su enemigo, sin que existiera.
Ese ‘Trún’ ya ladró dando el nombre de un embajador que también profiere gruñidos de tono bajo, signo inequívoco que se trata de un podenco bravo, pero para unos, hay otros, decía un ranchero amigo mío.
El miedo es como el hambre, muy difícil de aguantárselo…