10/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Agosto 30 de 1922: nace en Ciudad de México Manuel Rodríguez Vizcarra, quien sería arquitecto y promotor cultural. Llegó a Monterrey en 1945 con el título de Arquitecto por la UNAM en la mano. Fue maestro fundador de la Escuela de Arquitectura del ITESM en donde destacó por su facilidad pedagógica, y empeño en que los alumnos tuvieran dentro de su formación un alto contenido de cultura.

Luego amplió su campo de acción conferenciando a estudiantes de otros centros universitarios, clubes de servicio, cámaras y demás organizaciones de la sociedad regiomontana. Conocido como ‘el arqui Vizcarra’ participaba en el Consejo Estatal de Desarrollo Urbano, en tiempos del gobernador Pedro Zorrilla, aportando su cultura y amplios conocimientos. Él fue quien se empeñó en rescatar el edificio de la antigua Estación del Golfo ubicado por la avenida Colón que, por haber dejado de funcionar en 1930, había planes de demolerla pues la nueva Terminal ferroviaria era más que suficiente y se decía que nada aportaba la antigua. Se echó a cuestas la tarea de convencer a las autoridades estatales y apoyado en el arquitecto Eduardo Padilla, que era funcionario del gobierno estatal, comenzó un proyecto para convertir ese espacio en cultural terminando en lo que ahora conocemos como la Casa de la Cultura de Nuevo León.

Se ganó a pulso el puesto de director de asuntos culturales del Estado, y desde ese sitial promovió a los poetas y escritores locales que luego figuraron a nivel nacional. Pasaba mucho tiempo en el Edificio Manchester donde estaban las dependencias oficiales de las áreas de desarrollo urbano y obras públicas, pues opinaba en todas las acciones del Gobierno en donde se modificaba el entorno urbano. Su talante fue siempre de un hombre respetuoso y su apariencia de intelectual -con barba y talante profundo- le ayudaba a ser respetado no sólo en el medio cultural, sino en la sociedad regiomontana. Manuel Rodríguez Vizcarra murió en Julio de 1984 cuando estaba a punto de cumplir apenas 62 años de edad, pero la Casa de la Cultura continúa siendo un lugar propio para enriquecer nuestro bagaje intelectual.