Noviembre 11 de 1977: muere en Monterrey un aficionado asistente al partido entre Tigres de la UANL y Burros Blancos del IPN. El fútbol americano estudiantil se vistió de luto ante los hechos sucedidos en el juego de liga entre los equipos representativos de la Universidad Autónoma de NL y el Instituto Politécnico Nacional. El choque se dio dentro de un ambiente hostil entre las porras de ambos equipos pues mientras los jugadores representativos de ambas instituciones educativas luchaban limpiamente en el emparrillado, en las tribunas se insultaban algunos de sus seguidores y comenzaron a agredirse lanzando objetos duros a raíz de que del lado de la porra del IPN salieron a relucir armas de fuego. Hubo al menos tres heridos y uno de ellos murió por el golpe de un objeto metálico. El deporte despierta las pasiones, y por ello es necesario que las autoridades lo regulen, pues el fútbol soccer igual ha desatado enfrentamientos de corte delictivo. El autor búlgaro Elías Canetti fue un estudioso del comportamiento de las masas y consideraba que la confianza que da el anonimato contribuye a estos comportamientos que se deben combatir desde antes de que se presenten. Algo se ha avanzado en nuestra Ciudad, pero aún subyace entre diversos grupos el afán de mostrar conductas salvajes como desahogo de las necesidades de protagonizar algún evento extraordinario. Se ha legislado para evitar la violencia en los estadios deportivos, pero mientras no haya conciencia masiva de cómo controlar las emociones, bien poco habremos avanzado en este rubro.