Dentro de 85 días los nuevoleoneses elegiremos gobernador, diputados federales, diputados locales y ayuntamientos. Las campañas apenas inician y en los primeros escarceos ya hay denuncias de partidos y candidatos contra sus homólogos, y hasta en contra de artistas de teatro.  

Es un hecho que las encuestas de opinión dibujarán zigzags en cada muestra porque las predicciones de resultados electorales son inescrutables ahora más que nunca. 

Esto porque las condiciones sociales son inéditas por donde se vean; no sólo por la pandemia y la menguadísima economía, sino por las características de los gobernantes estatal y nacional.  

Ambos son animales políticos expertos en manejos electorales que no pueden darse el lujo de perder en las urnas o en los tribunales esta elección.

Es inimaginable un presidente López Obrador sin el apoyo de la mayoría calificada en San Lázaro, y un  gobernador como Jaime Rodríguez con un sucesor sin compromiso con él en la gobernanza estatal.

De ambos, quien tiene a su disposición una inédita arma electoral que está usando es AMLO pues además de los elementos económicos que maneja, la necesidad vital de aplicarse la vacuna anti Covid está siendo aprovechada políticamente por conducto de ‘los siervos de la nación’ como parte de las brigadas ‘correcaminos’.

Pero el gobernador JRC también está haciendo su luchita, pues aprovechó su influencia política para envolver a alcaldes de municipios importantes consiguiéndoles candidaturas prometiéndoles el apoyo del aparato gubernamental nuevoleonés.

Sin embargo, el papel que están jugando elementos como las redes sociales es descomunal y puede darle un giro diverso al proceso.

Las opiniones periodísticas perdieron buena parte de su influencia, pues la propaganda efectiva ya no es de uno (el periodista) a muchos, sino de muchos (usuarios de la red) a muchos (usuarios de la red). Los mensajes políticos se están transmitiendo en sofisticadas aplicaciones cibernéticas, y la disminución de conversaciones personalizadas minora los efectos de la antigua propaganda de boca en boca.

Los spots radiofónicos y televisivos ahora valen más en función de su formato que del argumento.

Y aunque siempre ha existido el fenómeno de cambio de partidos, pero ahora hay una promiscuidad política galopante.   

Además, la guerra sucia apenas empieza y no sabemos hasta dónde vaya a llegar, pues las pasiones están desatadas y algunos actores políticos no tienen rienda. 

En anteriores elecciones, que había elementos conocidos vimos cómo ganó El Bronco que inició en el último lugar en las encuestas, y seis años antes se alzó con la victoria Medina que empezó con un nivel de conocimiento popular ínfimo.

Ahora con mayor razón sabemos que cualquier cosa puede suceder, aunque las primeras encuestas marcan un empate en las preferencias electorales entre Clara Luz Flores y Adrián de la Garza, con tantos imponderables todo puede suceder. Iremos viendo el desarrollo de esta extraña elección.