22/Nov/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Octubre 5 de 1813: Abole en Chilpancingo, el generalísimo José María Morelos la esclavitud y el sistema de castas. Este héroe nacional, que algunas veces sufre más por sus equívocas defensas que por los ataques de sus enemigos, combatió la nefasta costumbre de coartar las libertades naturales de los hombres, misma que no se ha erradicado aún totalmente en la actualidad. Morelos dijo: “Porque debe alejarse de la América la esclavitud y todo lo que a ella huela, mando que los intendentes de provincia y demás magistrados velen sobre que se pongan en libertad cuantos esclavos hayan quedado, y que los naturales que forman pueblos y repúblicas hagan sus elecciones libres, presididas del párroco y juez territorial, quienes no los coartarán a determinada persona, aunque pueda representar con prueba la ineptitud del electo a la superioridad que ha de aprobar la elección, previniendo a las repúblicas y jueces, no esclavicen a los hijos de los pueblos con servicios personales que sólo deben a la Nación soberana y no al individuo como a tal, (…) los pueblos y hombres que tengan haciendas, con (…) sirvientes, sin distinción de castas (…) quedan abolidas”. Emitió esta declaración a los 48 años de edad y ya había visto cómo el 6 de diciembre de 1810, Miguel Hidalgo había lanzado la primera abolición de la esclavitud desde Guadalajara sin obtener la respuesta esperada. Morelos fue preceptor y clérigo en la parroquia de Uruapan y mantenía a su madre y a su hermana María Antonieta, por lo que no siguió a su admirado maestro Hidalgo desde el primer día del movimiento de Independencia, pero a la muerte de su madre, el 20 de octubre de ese mismo año en el pueblo de Charo, Morelos se unió a Hidalgo y juntos marcharon a Indaparapeo. Ya para fines de noviembre traía a 3 mil hombres armados con armas arrebatadas a los realistas. Se convirtió en leyenda al vencer al comandante de la 5ª división de las milicias en Oaxaca, Francisco Paris, con un ejército improvisado y mucho menor. Con Hermenegildo Galeana, los hermanos Miguel y Leonardo Bravo, Morelos tomó Tixtla para terminar dominando a todo el actual estado de Guerrero. A finales de 1811 Morelos ya dominaba Michoacán, México, Oaxaca y Puebla. Y con esa fortaleza convocó al Congreso Nacional Constituyente en Chilpancingo el 13 de septiembre, y allí se nombró “Siervo de la Nación”, luego de presentar Los Sentimientos de la Nación, una declaración de principios sobre los que debía asentarse el futuro estado mexicano. En ese Congreso, Morelos estuvo como representante del Nuevo Reino de León, y aunque haya sido sólo de protocolo, debemos sentir satisfacción de este hecho a pesar de que, en su momento, le haya provocado críticas locales. El 5 de noviembre de 1815 Morelos cayó en poder de los españoles en Temazcala, siendo llevado a México a una cárcel secreta de la inquisición, enjuiciado, despojado de sus privilegios sacerdotales y declarado “hereje, autor de herejes, traidor a Dios, al rey y al Papa”. Condenado a muerte, el 21 de diciembre escuchó su sentencia y al día siguiente José María Morelos fue fusilado. Es notable su heroísmo y capacidad militar, así como su visión de estadista en tiempos que no había idea de lo que eran las libertades que hoy disfrutamos.