26/Apr/2024
Editoriales

¿SE PODRÁ RESCATAR A PEMEX EN EL FUTURO?

En realidad si en el 2018 llega el poder un gobierno con otra orientaciones económica diferente a la de los últimos 6 presidentes de México, le quedará fácil revertir la actual Reforma Energética peñanietista siempre y cuando, claro está, tenga al Congreso federal a su favor.

Decimos esto porque las adjudicaciones o permisos que se han entregado a empresas privadas o extranjeras para que exploten los campos de petróleo , gas y petróleo no convencional son muy pocos por el fracaso de la Ronda Uno en su fase uno y dos y porque la fase cuatro y cinco fracasaran también debido a los apuros financieros y posible quiebra que enfrentan las grandes petroleras que pudieran venir a aventurarse a los proyectos de "Aguas profundas" en el Golfo de México y la zona del Perdido.

En la primera fase de la Ronda Uno, el gobierno de Peña Nieto quiso adjudicar hasta 14 campos y solo logró "colocar" 2. En la segunda fase solo uno. Se trataba de campos en aguas someras de Tabasco, Campeche y Veracruz. Por estar tan abajo el precio del petróleo, las trasnacionales como Chevorn decidieron retirarse y el propio Pemex que se suponí­a participarí­a en sociedad tampoco participó. Solo le fase 3 de Ronda no tuvo éxito porque adjudicaba "campos maduros", es decir, yacimientos con reservas probadas pero muy antiguas y con un contenido bajo de petróleo. Esa fue la oferta más atractiva del gobierno en condiciones de precios del petróleo de hasta 23 dólares el barril tratándolos de la mezcla mexicana de crudos. Además, la empresa que más contratos y campos logro fue Sierra Oil, una empresa de prestanombres mexicanos asociados a fondos de inversión como Riverstone. Para las licitaciones de proyectos en aguas profundas y gas shale , las fases 4 y 5 de la Ronda Uno, el gobierno asegura que vendrán empresas como la propia Chevron, Shell, Total, Exxon-Mobil; British Petroleum, Petrobras etc. Sin embargo, esas compañí­as tanto como su respaldo financiero en los grandes bancos están en crisis. Debido a la caí­da de sus ganancias (Chevron -65%, BP -55%, Shell -48%, Exxon-Mobil 44% etc.), por la caí­da de los precios y el consumo de petróleo, esas empresas han reducido sus inversiones en todo el mundo y, por ejemplo, la Shell abandonó un jugoso proyecto en Abudabi. En cuanto al petróleo no convencional o gas shale, eso representa una industria que por lo menos en 10 años no recibirá ni un dólar de inversión. Ya lo habí­a dicho Pedro Joaquí­n Codwell en julio del año pasado, "lo del fracking lo tenemos congelado".

Por eso decimos, hay en realidad pocos inversionistas privados nacionales y e extranjeros en la industria petrolera, mucho menos que los que habí­a en 1938 en año de la expropiación. Un gobierno de orientación nacionalista podrí­a recurrir a paí­ses como China para intercambiar, sin vender ni privatizar, petróleo por tecnologí­a y recibir financiamiento barato y a largo plazo de bancos como el Nuevo Banco de Desarrollo del BRICS y del Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura.