08/Jul/2024
Editoriales

Mayo 29 de 1847: Ante la ocupación norteamericana, el alcalde de Monterrey, José de Jesús Dávila y Prieto, es nombrado gobernador del Estado

 

Mayo 29 de 1847: Ante la ocupación norteamericana, el alcalde de Monterrey, José de Jesús Dávila y Prieto, es nombrado gobernador del Estado por una comisión, pero no ejerce por que el general norteamericanos Zachary Taylor no lo permite. Esto inaugura la etapa en la que los invasores gobiernan abiertamente en nuestro Estado.                                                                                                         

 El 1 de septiembre de 1846, Antonio López de Santa Anna había impuesto al general Pedro de Ampudia y Grimarest como gobernador de Nuevo León, para que dirigiera la defensa de la ciudad de Monterrey porque era inminente el ataque del ejército norteamericano.                                                

Por el lado de los estadounidenses venían al frente los generales William J. Worth y Zachary Taylor, quienes traían tropas disciplinadas y mejor armadas que las que defendían Monterrey. Ampudia dirigió las acciones desde diversos cuarteles: el fortín de la Ciudadela, Fortín de la Tenería, Fortín de la Federación, Rincón del Diablo, Fortín de la Purísima y Cerro del Oispado. Sin embargo, con tres días de acoso norteamericano y varios enfrentamientos fuertes, se llegó a un armisticio entre las dos fuerzas, dando una capitulación a la guarnición mexicana que salió de la plaza con toda su artillería, sus armas y municiones, trenes de víveres y con banderas desplegadas, recibiendo el saludo del ejército norteamericano con los respectivos honores de ordenanza. La evacuación de la plaza fue el 25 de septiembre, saliendo los soldados mexicanos rumbo a Saltillo. Ampudia fue cuestionado pues abandonó la plaza a través de la capitulación, lo que le sirvió para justificarse ante la superioridad del ejército mexicano, con el criterio de que había preservado el honor militar a la superioridad en su ejército. Añadió que preservaba las fuerzas militares intactas para pelear de nuevo en otras batallas, como sucedió después en La Angostura.                                    

Al salir Ampudia de Monterrey con todo su ejército, dejó el gobierno del Estado en manos de Francisco de Padua Morales, quien de inmediato entró en tratos con el comandante norteamericano Taylor, quien le garantizó que habría libertades para el pueblo, y que podrían auto gobernarse sin problemas, incluso que los impuestos locales podrían seguir cobrándose por los mexicanos y que los norteamericanos pedirían sólo alimentos, leña, maíz y mulas, y que todo lo pagarían ellos a precio de mercado. Asimismo, Taylor le hizo saber a Morales que sus soldados respetarían a la población civil y a las leyes mexicanas.                                                                                               

Sin embargo, la realidad fue otra. Los soldados norteamericanos cometieron varios crímenes contra civiles sin motivo aparente, y cuando Morales iba con Taylor a quejarse, el futuro presidente norteamericano le respondía con evasivas diciéndole que era muy difícil controlar a las tropas cuando habían ganado una batalla.                                                                                                            

Taylor le pidió a Morales el 30 de septiembre unas mulas y maíz, asegurándole que los pagaría después, y era mejor que se los facilitara porque de otra forma los tomaría a la fuerza. Morales le entregó lo solicitado pero nunca le pagó Taylor.                                                                                                  

Por el contrario, Taylor comenzó a cobrar impuestos por consumo de cerveza y tabaco, sin avisarle al gobernador Morales. Esto molestó a Morales quien lo fue a ver (a Taylor) y le dijo que se llevaría su gobierno a Galeana, a donde se fue y desde allá anunció el 23 de noviembre de 1846 que se restablecía la Constitución Mexicana de 1825, declarando la Repíublica Federal.                         

Pero ya en Galeana, Morales entendió que en realidad no gobernaba a nadie, por lo que el 9 de mayo de 1847 disolvió su gobierno, dejando toda la función gubernamental en manos de los municipios.                                                                                                                                                                                 

Así las cosas, el Ayuntamiento de Monterrey decidió restablecer un gobierno estatal y para ello nombró a una comisión integrada por miembros de su Cabildo, de la Iglesia, Abogados y políticos, para que determinara cuál sería la mejor forma de reorganizar el gobierno del Estado, determinándose que el día 29 de Mayo de 1847 se debía llegar a una decisión.                           

Llegada esa fecha (29 de mayo), la comisión decidió nombrar gobernador al alcalde primero de Monterrey, Jesús Dávila y Prieto, quien notificó a Taylor su nombramiento, pero Zachary ni se dignó en contestarle, mucho menos entró en pláticas con él, estableciéndose a partir de esa fecha, el gobierno militar de la Comandancia Norteamericana en Nuevo eón. Y ese gobierno estuvo al frente del Estado, hasta el 17 de febrero de 1848, que firmado el Tratado de Guadalupe Hidalgo, se retiraron de Nuevo León sus soldados invasores, y se eligiera gobernador al nuevoleonés José María Parás.                                                                                                                                                                   

 Así que hoy recordamos el 171 aniversario del establecimiento del gobierno invasor norteamericano, más que el nombramiento de Dávila y Prieto, quien nunca ejerció tal función.