11/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Febrero 3 de 1919: Muere en Monterrey a los 68 años de edad el ingeniero José Miguel Filomeno Martínez Pérez, conocido como Miguel F. Martínez, quien fuera benemérito de la educación. Nació también en nuestra Ciudad, el 5 de julio de 1850, en el hogar de Antonio Martínez y Francisca Pérez, quienes fomentaron su gusto por la música y la pintura. Como músico alcanzó a tocar flauta en la orquesta de Epigmenio Melo, así como en otra que dirigía Albino Sarabia. Se matriculó en el Seminario de Monterrey, siendo el mejor estudiante de filosofía en el año de 1865 por lo que, a sus 18 años se convirtió en maestro auxiliar del distinguido profesor Serafín Peña, y alumno del único ingeniero que había en la Ciudad, Francisco Leónides Mier, quien le otorgó en 1871 el título de ingeniero topógrafo. A partir de 1870 se incorporó de lleno a la educación, dirigiendo una de las dos escuelas públicas que existían en Monterrey. En base a sus trabajos topográficos que culminaron en un plano oficial de Monterrey, en enero de 1872 fue designado Ingeniero de la Ciudad. también incursionó en el periodismo, fundando el periódico El Jazmín, primer periódico ilustrado en Monterey. Casó con Josefa Rendón en 1875 y ambos procrean ocho hijos: Arnulfo, Gerardo, Antonio, Ignacio, Enrique, Román, Miguel y Josefa Martínez Rendón, distinguiéndose de entre ellos Ignacio y Miguel D. Martínez Rendón, como personajes del arte y la cultura neolonesa. En el Monterrey de 1885 con 30 mil habitantes, fundó un colegio privado, pero su vocación era la educación pública, y en 1877 aceptó dirigir la Escuela Pública de Niños de Lampazos, en donde además formó la banda municipal de música.  En 1890 fue regidor comisionado de instrucción primaria en el Ayuntamiento de Monterrey, desde donde impulsó los programas educativos hasta 1901. El gobernador Viviano L. Villarreal reabrió la Escuela Normal del estado y nombró director a Miguel F. Martínez, lo que lo decidió a cerrar su colegio particular pues ya acumulaba dos puestos: de día era inspector de escuelas primarias y de noche, director de la Normal. En 1882 impulsó la creación de la Biblioteca Pública del estado, pero de 1883 a 1885 hubo de retirarse de sus puestos públicos para atender una fuerte carga de trabajo privado en su despacho de ingeniero topógrafo. Regresó a la educación creando la Academia Profesional para Señoritas, y en 1892 fue nombrado por el presidente Porfirio Díaz director general de Instrucción Pública, hasta el año de 1900, cuando regresó al Estado para ser director del Colegio Civil de 1900 a 1901. De 1911 a 1914 dirigió la Escuela Nacional de Maestros. Luego fue senador por el Estado de Durango y al término de su encargo regresó a Monterrey. El Congreso del Estado lo nombró en 1918 Benemérito de la Educación y murió al año siguiente. La Escuela Normal del Estado, lleva su nombre desde 1943, pues los reconocimientos que se le hagan al ingeniero Miguel F. Martínez, son pocos para su prolífica vida dedicada a la educación.