Junio 16 de 1866: se celebra en Camargo, Tamaulipas, la Batalla de Santa Gertrudis. Al ser derrotados los extranjeros e imperialistas nacionales en esta memorable batalla, inició la caída del Imperio de Maximiliano. Porque para 1865 el Imperio dominaba sólo la cintura de la República: Juárez estaba seguro en el Paso del Norte (hoy Ciudad Juárez), desde donde dirigía la guerra y la administración de la República. Por lo que, a finales de ese año, el Emperador ordenó la muerte del presidente de la República, y para llegar hasta donde se encontraba, determinaron dos rutas simultáneas: una que pasara por Monterrey, y la otra desde Matamoros. Por ello, el general Mariano Escobedo, jefe del Ejército de Operaciones del Norte debía evitar que Tomás Mejía -líder de los mexicanos imperialistas- partiera de Matamoros rumbo al Paso del Norte (hoy Ciudad Juárez) y que el francés de Tuce tampoco pasara sobre Monterrey rumbo al Norte. En la fecha que hoy recordamos, los republicanos se alzaron con la victoria en Santa Gertrudis, batalla que ya hemos descrito minuciosamente en otras ocasiones. Tras la derrota en Santa Gertrudis, aumentaron las deserciones en la tropa de los imperialistas y Tuce mejor se regresó a Monterrey, para refugiarse en el edificio del Obispado, mientras que los republicanos dominaron fácilmente la Ciudad. En Santa Gertudis, un ilustre grupo de neoleoneses: Escobedo, Naranjo, Treviño y una larga lista de héroes anónimos sellaron la suerte de un Imperio usurpador y garantizaron la soberanía nacional. El destino, su destreza y valor los llevó a triunfar en la épica Batalla de Santa Gertrudis, que es la redención de los nuevoleoneses que habían sido derrotados en la anterior invasión -la norteamericana-, y ahora vencieron a un enemigo formidable.