Los lentes de sol son complemento en el vestir con elegancia, y desde luego que tienen ventajas para proteger la vista de los rayos solares. Su existencia no es nueva, pues desde el siglo XII se desarrolló en China la técnica que ahumaba y oscurecía los cristales de cuarzo.

Con esos cristales oscuros se fabricaban gafas de sol pero no se usaban con fines de turismo o de trabajo con exposición a los rayos solares. Las usaban principalmente los jueces chinos para ocultar la expresión de los ojos a la hora de conocer las promociones jurídicas y los alegatos de los litigantes. En occidente comenzaron a aparecer las gafas de sol hasta a mediados del siglo XVIII, y tampoco era para el uso que actualmente les damos. Entonces las usaban por receta médica para enfermos de la vista, aprovechando que evitan el resplandor del sol, y por eso eran de colores determinados, dependiendo de las condiciones del paciente.

A finales del siglo XIX y a inicios del siglo XX las gafas de sol las usaban los enfermos de sífilis, pues con esa enfermedad hay demasiada sensibilidad a la luz. Finalmente, allá por los años treinta del siglo XX se pusieron de moda para protegerse del sol y después como prenda del vestido con elegancia. Sin embargo, los lentes o gafas de sol continúan usándose para ocultar emociones, como el llanto y el juego de cartas.