Para el CEO de Territorium–México, Carlos Guillermo Elizondo, las instituciones de educación superior deben fomentar modelos educativos basados en competencias y experiencias de aprendizaje.
De acuerdo con cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el 60 por ciento de las compañías considera que los estudiantes no tienen las competencias que necesitan.
Ante este panorama, para el CEO de Territorium–México, Carlos Guillermo Elizondo, las universidades deben desarrollar modelos educativos cuya base sean las competencias y experiencias de aprendizaje.
“Hoy en día el modelo de aprendizaje se basa en horas de formación y créditos de materias más que en resultados de aprendizaje.
“Pero no necesariamente por cursar todas las materias y cumplir con ciertas horas significa que el alumno desarrolló las competencias necesarias”, argumentó Guillermo Elizondo en el 1er. Congreso Virtual en Educación Exponencial durante su conferencia “La nueva economía de las competencias”.
Cifras de la OCDE de 2019
72% proveedores de educación que cree que sus graduados tienen las competencias necesarias para los trabajos.
60% compañías que considera que los estudiantes no tienen las competencias que necesitan.
50% jóvenes que no están seguros de que su educación les ayudó a encontrar un mejor trabajo.
Competencias definen al profesionista
Si bien el obtener un título universitario es importante, no necesariamente dice todo de los jóvenes egresados.
Por ejemplo, actualmente una empresa no busca al ingeniero en sistemas, sino quiere al programador, al desarrollador de software, al vendedor o consultor, herramientas o competencias que definen al profesionista.
“Al final la universidad solo nos entrega el título junto con nuestras calificaciones en un kárdex, pero no dicen mucho de los alumnos”, expuso Elizondo.
Entonces, para generar estas competencias, el especialista sugirió fomentar las experiencias de aprendizaje como cursos, prácticas profesionales, actividades deportivas o culturales, entre otras.
Y a través de ellas, generar productos o evidencias que puedan subir a una plataforma virtual para que los empleadores puedan ver qué competencias han desarrollado.
Incluso, para Elizondo, muchas veces el estudiante aprende más sobre el liderazgo a través de un deporte que al escuchar a alguien hablando sobre el tema.
“Al final, le estaremos entregando al mercado laboral no al estudiante con su título, sino su perfil de competencias y la evidencia de cómo las hizo.
“Y la empresa verá, por ejemplo, que tal alumno sabe inglés al ver un video en donde el joven lo está hablando”, detalló.
¿Cómo transformar el modelo?
1 Recopilar datos de todas las experiencias de aprendizaje (sin importar el tipo) que un estudiante vive y evaluarlo sobre su desempeño.
2 Crear una taxonomía para medir competencias y crear un portafolio de evidencias usando todas las experiencias de aprendizaje posible.
3 Transformarse en un plan de estudios flexible basado en competencias.
4 Encontrar brechas de competencias y crear una ruta de competencias personalizadas.