Dice el dicho que "a la oportunidad la pintan calva" porque se sabe que, a veces, es muy difícil de agarrar: Primero, porque no siempre es fácil de reconocer, pues suele venir "envuelta" en malas noticias y, segundo, porque aún cundo ya se la reconozca, para asirla, a veces se requieren tomar acciones excepcionales, ya sea por lo difícil o lo peligroso.
Posiblemente en México nos estemos acercando a una gran oportunidad ¿Por qué? Primero, porque nuestra relación interna ciudadanía-gobierno está llegando a un punto de quiebre: La manera de pensar de los gobernantes, y no sólo los del PRI sino también sus imitadores del PAN y del PRD y los numerosísimos empresarios paniaguados de ellos, cada vez se apartan más de buscar soluciones a los problemas básicos de México y del mundo y trabajar en ellas y se siguen dedicando a sus malignos y estúpidos jueguitos de "a ver si te gano en la compra de votos" ¿Ejemplo? Cuando nuestro "presidentito" EPN se enteró de que el público no había quedado conforme con la detención de Javier Duarte, ex -gobernador de Veracruz, en Guatemala, porque se había permitido la huída a Europa de toda su parentela y "agregados", lo cual señalaba hacia la probable no devolución de los dineros saqueados al erario, se indignó de que esos "pececillos" que conformamos el pueblo mexicano, no hayamos quedado satisfechos con las migajas que nos tiró, ni mordiéramos el anzuelo con la sabrosa carnada que le puso.
Viendo estos comportamientos presidenciales, dignos de un teatro "de la legua", podemos preguntarnos si estos "monigotes" van alguna vez a encarar problemas tales como la estratificación social, el futuro energético de México y negociar seria, valiente y satisfactoriamente nuestras múltiples y ahora difíciles relaciones con Estados Unidos.
Ojo: Esta puede ser nuestra oportunidad disfrazada: Es urgente que los mexicanos nos unamos y seleccionemos un líder que tenga estas dos características: Tamaños para moverse a esas alturas y buena voluntad a toda prueba. Estas cualidades requieren, a su vez, de gran capacidad emocional e intelectual, amplia cultura y, sobre todo, antecedentes convincentes.
No creo que sea muy difícil que surja un líder con estas características: Lo que sí es difícil es formar las organizaciones ciudadanas que lo exijan, pues es a partir de dicha exigencia cuando irían saliendo las personas adecuadas, como salió Emmanuel Macron en Francia.
Así que esta es nuestra posible oportunidad: Identificar el momento y la forma de reconocerla y luego tomar las acciones necesarias para que se convierta en realidad.
Atte.- JVG.- 26-04-17