Tres grandes y novedosos problemas están ocurriendo simultáneamente: 1) Una polarización de la sociedad americana, entre muchos resentidos de raza blanca que en miles de ciudades chicas y pueblos han visto rebajado su status social, ya sea por la quiebra de sus pequeños negocios o por la pérdida de sus empleos y otra parte de la población, asentada principalmente en las grandes áreas urbanas, quienes, al contrario, se han beneficiado del rápido avance tecnológico e informático; 2) Un enorme Plan, diseñado y financiado por China, para aumentar sistemáticamente su comercio exterior, sobre todo con sus vecinos sud-asiáticos y africanos, pero también con europeos y latinoamericanos, a base, sobre todo allá, de construir grandes redes de puertos marítimos y de ferrocarriles y carreteras, en países que quedan endeudados con ellos pero, por lo pronto, muy satisfecho; 3) El aislacionismo americano y el intervencionismo chino han causado un choque comercial entre esos dos gigantes, que ha afectado la Globalización, sobre todo en hacer peligrar la Organización Mundial para el Comercio, lo cual desataría un caos legal, que seguramente haría disminuir mucho el intercambio comercial.
¿Qué factores internos propician estas políticas “agresivas” de los dos gigantes?
En EUA el problema principal consiste en que, a pesar de que los Demócratas abiertos al mundo son, ligeramente, la mayoría del electorado, les es difícil derrotar en elecciones parciales a la minoría Republicana, porque las leyes electorales valorizan más el voto pueblerino y rural que el de las grande urbes: Esto antes no importaba mucho, porque los electorados estaban repartidos más o menos parejos, pero desde hace poco más de una década esta polarización rural-urbana s ha acentuado mucho.
En China, su gobierno autoritario quiere, por una parte, asegurar la prosperidad de su pueblo para conservar su apoyo y, por el otro, evitar que vecinos pobres, sobre todo en Asia Central, se conviertan en terroristas que amenacen sus territorios occidentales.
¿Puede salvarse la Organización Mundial para el Comercio? Parece que sí, por las siguientes razones: a) A pesar de los desplantes agresivos del Presidente Trump, sigue teniendo un representante oficial en ese organismo, con instrucciones de tratar de modificar algunas de las normas que considera contrarias a sus intereses; b) En ese cometido se le han unido tanto la Unión Europea como Japón, que también consideran algunos de los cambios sugeridos como benéficos; c) Muchos de los demás países del mundo también resienten algunas prácticas abusivas chinas, tales como la de no respetar las patentes de inventos de otros países y la de recurrir al “dumping” de bajísimos precios por ciertos productos, hasta hacer quebrar a sus competidores hasta quedarse sola en proveer dichos productos y, entonces sí, ya venderlos a su precio real.
¿Qué debe hacer México al respecto? Pues ayudar a convencer a los EUA que para manejar los intercambios comerciales de 200 países, es mucho mejor una organización mundial con reglas bien revisadas, que tratar de sustituir eso con una multitud de tratados bilaterales. Parece que ya está logrando convencerlo sobre eso en su Tratado Trilateral con EUA y Canadá, por lo que parece haber alguna esperanza en el mundial. Desde luego que México debe participar activamente en la revisión de las normas del OMC (WTO en inglés), para lograr tanto la permanencia de los EUA como la aceptación por China de dichas normas.
Atte.- JVG.- 08-08-18