21/Nov/2024
Editoriales

Algunos cronistas hieren, amistosamente, con sus comentarios

Jaime Torres Bodet (1902-1974) es una de las figuras insignes de la cultura y la educación en México. Entre otras posiciones de desempeeñó coomo Secretario de Educación Pública, Secretario de Relaciones Exteriores y director general de UNESCO.

Sin embargo, Torres Bodet tenía un ojo de vidrio desde que, yendo de viaje a Oaxaca en ferrocarril, tuvo la infeliz ocurrencia de asomarse por la ventana para sentir el viento en el rostro, pero resultó tan desafortunado el incidente que una ceniza de la máquina se le incrustó en un ojo y lo perdió.                                                         

El cronista de la Ciudad de México, Salvador Novo (1904-1974), contaba que, en una de las recepciones ofrecidas por motivo de la fundación de la ONU, asistió el grupo de Los Contemporáneos, al que pertenecían ambos (Novo y Torres Bodet). Allí un amigo de ellos llamado Don José (Pepe) Delgado, dentro de una conversación equis le preguntó a Novo: _¿Qué te parece Salvador, que ahora don Jaime sea el secretario de estado?. 

El cronista Novo le contestó:_No tiene nada de raro, en tierra de ciegos, el tuerto es rey.

Juan Solís, “Reivindican la labor humanista de Jaime Torres Bodet”. El Universal, México, 16 de abril de 2002. www.2.eluniversal.com.mx/pls/impreso/noticia.html?id…