La Fundación Ildefonso Vázquez Santos entregará el próximo viernes en Monterrey el Reconocimiento Corazón de Niño a la escritora Elena Poniatowska y al Maestro Alfonso Rangel Guerra.
El proyecto al que obedece la Fundación ha sido motivado por el ejemplo de los legados formados a lo largo de toda una vida y una trayectoria creativa y profesional por destacados mexicanos en los diversos campos de la cultura. De ahí que su labor esté orientada especialmente a reconocer el trabajo y el esfuerzo que hay tras esos legados individuales y a hacer que se conozcan.
Como parte de sus actividades, la FIVS entrega cada año su máximo reconocimiento a connotados mexicanos que destacan por su labor en las letras, las bellas artes, las ciencias o la academia.
Este reconocimiento incluye la entrega de una escultura en cristal de Murano del artista español Juan Ripollés, Corazón de Niña o Corazón de Niño según la persona galardonada.
En años anteriores, este reconocimiento se ha otorgado al Rector de la UANL, Dr. Jesús Áncer, al Historiador Israel Cavazos Garza, al escritor Eraclio Zepeda y al Historiador Jorge Pedraza Salinas.
En esta ocasión, el galardón será para Elena Poniatowska y Alfonso Rangel Guerra. La entrega será el próximo viernes, a las 19 horas, en el Colegio Civil. Será presidida por el Lic. Jorge O. Vázquez G. y su esposa, la señora Leonor Martínez de Vázquez.
Veamos quienes son los galardonados:
Elena Poniatowska Amor, francesa de origen y mexicana por decisión. Periodista apasionada y escritora infatigable cuya trayectoria suma más de seis décadas de publicaciones en diferentes géneros. Su obra literaria tiene como orto la aparición de Lilus Kikus, Melés y Teleo, y Palabras cruzadas. En su largo tránsito por las letras, Elena Poniatowska ha sido capaz de hacer “yo” un “nosotros” dando voz a miles de mexicanos cuya presencia parecía ajena o hasta desconocida. Así lo hizo en: Hasta no verte, Jesús mío, La Noche de Tlatelolco, Fuerte es el silencio, Nada, nadie: Las voces del temblor, por mencionar solo algunos ejemplos.
En sus novelas, cuentos, biografías y reportajes, Elena Poniatowska ha hecho vibrar las emociones y los sentimientos de sus lectores por la profundidad de su pensamiento y la calidad extraordinaria de su estilo literario. Este reconocimiento se transformó en un júbilo mayor al recibir, en 2013, el Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes, compartiendo este altísimo honor con otros cinco mexicanos que lo recibieron: Octavio Paz, Carlos Fuentes, Sergio Pitol, José Emilio Pacheco y Fernando del Paso, y formando parte del grupo de cinco mujeres condecoradas con este importante Premio a lado de María Zambrano, Dulce María Loynaz, Ana María Matute e Ida Vitale.
Elena Poniatowska es capaz de integrar magistralmente la pregunta sensata con la sonrisa ingenua, el personaje de ficción con la verdad ontológica, la oralidad del “otro” en la palabra escrita de su obra, el diálogo con el testimonio. Su pensamiento posee un efecto de prisma, donde cada idea se refracta en un haz multicolor que describe la realidad que la circunda, a la cual nombra con la justa palabra. Elena aprendió a conversar en español, sabiendo francés e inglés, y el periodismo fue su gran seminario. A través de éste, Elena ha conocido a un sinfín de personas ilustres a las que ha abordado mediante su inteligencia y sensibilidad, rescatando las palabras e interpretando los silencios para formar crónicas memorables. Elena aprendió la fuerza de la palabra y entendió el valor de la conversación gracias a sus colaboraciones en muchos de los diarios que son parte de la historia del periodismo en México, como aquellos en los que participó bajo la dirección del también prestigiado escritor y periodista Fernando Benítez.
Han sido varias universidades alrededor del mundo las que han llevado a nuestra querida Elena a formar parte de sus actividades institucionales, de sus claustros y como invitada honoraria. En 2016, La Universidad Autónoma de Nuevo León le otorgó el doctorado Honoris causa, y ahora, la Fundación Dr. Ildefonso Vázquez Santos, le otorga su más alta distinción: “Corazón de Niña”, premio que se acompaña de una escultura de cristal de Murano del artista español Juan García Ripollés. Sea este nuevo reconocimiento a la trayectoria de Elena Poniatowska un justo homenaje a una mujer que ha permitido a los mexicanos conocer aquellas voces lanzadas al viento rescatándolas para formar una sinfonía cultural en favor de los valores sociales.
Alfonso Rangel Guerra es oriundo de Monterrey, Nuevo León, y ha sido ciudadano del mundo gracias a sus actividades profesionales. Estudió Derecho y Ciencias sociales en la Universidad Autónoma de Nuevo León y, más tarde, Literatura comparada y Literatura francesa moderna en la Universidad de París. Alfonso Rangel comenzó desde muy joven su carrera como funcionario académico en nuestra Máxima Casa de Estudios y, al paso de los años, participó en otras instituciones educativas en México y el extranjero que lo llevaron a desarrollar una gran experiencia en el ámbito educativo superior. Su incursión como Ministro del Servicio Exterior Mexicano y su colaboración como miembro de numerosas comisiones y delegaciones de México en foros internacionales, le permitieron viajar, conocer y vivir en decenas de países de cuya cultura ha quedado impregnado su ingenio creativo. A estas experiencias vitales ha dedicado varios estudios e investigaciones en materia literaria y como ejemplos están sus traducciones al español valiosas obras literarias en francés y portugués.
A través de la docencia y la investigación, el doctor Rangel Guerra ha formado una larga trayectoria publicando más de veinte libros, principalmente sobre literatura, más de doscientos ensayos y estudios especializados y, por supuesto, las traducciones mencionadas. En este sentido, este año fue presentado el primer tomo de doce que integrarán sus Obras completas coeditadas por la Universidad Autónoma de Nuevo León, El Colegio de México y la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, instituciones que han sido beneficiadas con el trabajo, el talento y el legado intelectual de nuestro humanista regiomontano, que juega un papel tan importante como el de otros grandes escritores nuevoleoneses como Alfonso Reyes, Gabriel Zaid, Raúl Rangel Frías y José Alvarado Santos.
Abogado, catedrático, investigador, funcionario público, escritor, traductor, pero sobretodo, don Alfonso Rangel Guerra es un humanista íntegro a quien nada de lo humano le es ajeno. Su trayectoria a través de estos años le han merecido importantes reconocimientos por parte de instancias estatales, federales e internacionales como la Presea Estado de Nuevo León al Mérito Cívico, el Premio Internacional Alfonso Reyes, su ingreso como Miembro correspondiente de Nuevo León de la Academia Mexicana de la Lengua, o aquellas que ha recibido de parte de la Universidad Autónoma de Nuevo León, de la que fue también rector: el Premio Artes Literarias, el Nombramiento como Profesor emérito y la Medalla Alfonso Reyes.
En esta ocasión, Alfonso Rangel Guerra es merecedor a un premio más: el “Corazón de Niño” 2019 que la Fundación Dr. Ildefonso Vázquez Santos le otorga por su magisterio de vida en favor de la cultura de Nuevo León. Con este premio, el maestro Rangel Guerra recibe una escultura del artista valenciano Juan García Ripollés, último discípulo del Joan Miró, cuya elaboración está bajo la custodia la FIVS. Por todo esto, sea este momento uno más en la trayectoria de don Alfonso Rangel donde queda de manifiesto la armoniosa unidad que ha logrado construir entre el arte de educar, el arte de servir y el arte de vivir.