«Érase una vez, en la ciudad de Bagdad, un criado que servía a un rico mercader. Una mañana, el criado se dirigió al mercado para hacer la compra. Pero esa mañana no era como todas, porque vio a la Muerte en el mercado y la Muerte le hizo un gesto. Aterrado, el criado volvió a casa.
-Amo -le dijo-, déjame el caballo más veloz. Esta noche quiero estar muy lejos, en la remota ciudad de Ispahán.
-Pero ¿Por qué quieres huir?
-Porque he visto a la Muerte en el mercado y me ha hecho un gesto de amenaza.
El mercader le dejó el caballo; y el criado partió para pasar la noche en Ispahán. Por la tarde, el amo fue al mercado, y, también vio a la Muerte.
-Muerte -le preguntó- ¿Por qué has hecho un gesto de amenaza a mi criado?
-¿Un gesto de amenaza? -contestó la Muerte- No, ha sido un gesto de asombro. Me ha sorprendido verlo aquí, tan lejos de Ispahán, porque hoy por la noche debo llevarme en Ispahán a tu criado».
El criado y la muerte es un cuento persa que con ligeras variaciones ha sido utilizado en la literatura universal como reflexión sobre la imposibilidad de escapar al destino.
Hay leyendas que son verdaderas lecciones. Una de ellas es la que acabo de contarles. Hay quienes la ubican en Ispahán y otros en Samarkanda. El tema es el mismo: alguien que trata de escapar de la muerte y va al encuentro de ella.
Se puede escapar de la muerte no sólo una, sino varias veces, pero al final triunfa la parca. No se sabe hasta ahora de que alguien viva por siempre. Físicamente la inmortalidad no existe.
Recuerdo ahora un par de frases de Jorge Luis Borges en torno a la muerte y la inmortalidad: 1.- “La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene“ y 2.- ”¿De qué otra forma se puede amenazar que no sea de muerte? Lo interesante, lo original, sería que alguien lo amenace a uno con la inmortalidad”.
UNA HERMOSA MUERTE
HONRA TODA LA VIDA.
La famosa frase está tomada de unos versos de Petrarca, quien al igual que muchos otros autores se ha referido a la muerte.
Ya lo dijo Fray Luis de Granada: Oficio es el bien morir que conviene aprender toda la vida y Esopo pensó que mejor es morir de una vez que vivir siempre temiendo por la vida.
Víctor Hugo, por su parte, opinó que para el héroe, para el soldado, para el hombre de los hechos materiales, todo termina bajo un montón de seis pies de tierra. Para el hombre idealista ahí es donde verdaderamente comienza todo.
En torno al mismo tema, don Miguel de Cervantes Saavedra escribió estos versos:
Busco en la muerte la vida,/Salud en la enfermedad,/En la prisión libertad, en lo cerrado salida/ Y en el traidor lealtad./Pero mi suerte, de quien/ Jamás espero algún bien,/ Con el cielo ha estatuido,/Que, pues, lo imposible pido,/Lo posible aún no me den.
LA MANERA DE MORIR
Y Marcial, en sus Epigramas, considera que más triste que la muerte es la manera de morir.
Hay muchas maneras de morir. Hay quienes mueren en forma trágica y violenta. Las armas, las guerras, los accidentes, las drogas –los vicios, en general--, los terremotos y las inundaciones, han provocado grandes tragedias.
A muchos se les dificulta este trance, al tener que pasar por una larga y penosa agonía. Otros, en cambio, fallecen tranquilamente en la cama mientras duermen.
En una ocasión, Carlos Baena, aquel actor y amigo que participó con Christian Martell en la película “Adán y Eva” y en muchas otras cintas, nos comentó el caso de un amigo de la vecina población de Saltillo, Coahuila, quien viajó al otro mundo en una carcajada.
Sí, estimado lector. Leyó usted bien. En efecto: se habían reunido un grupo de amigos después de una semana de mucho trabajo y entre un chiste y otro, el personaje aludido “pasó a mejor vida” y como se dice vulgarmente: “estiró la pata”. Pero eso sí, con una enorme sonrisa dibujada en el rostro.
A través del tiempo, millones de seres humanos han dejado de existir. Cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo, alguien fallece en algún lugar del mundo. Y cada uno se ha enfrentado a la muerte de manera tan personal, tan distinta. Lamentablemente, no ha sido posible hasta ahora entrevistar a ningún cadáver –como dijera un novel periodista que se encontraba en un panteón--, a fin de que nos brinde su opinión en torno al tema.
¿A DÓNDE IREMOS
QUE NO HAYA MUERTE?
Que la muerte existe no es ninguna novedad. Está presente desde los orígenes de la humanidad. Nació con la vida misma. En la poesía de Netzahualcóyotl se encuentran estas palabras: “¿A dónde iremos donde la muerte no existe?”
Recuerdo otra ocasión en que en el pueblo de mi infancia se desató una tormenta con truenos, rayos y centellas. Al día siguiente nos enteramos que alguien murió víctima de un rayo. El abuelo Francisco Salinas Salinas nos tranquilizó hablándonos de la poca probabilidad que hay de que alguien muera a causa de un rayo. Cuando había tormenta en el pueblo, el abuelo acostumbraba decir: “Se puede escapar del rayo, de la raya no”.
Y como en muchas otras cosas, tenía razón. Años después me enteré de que la probabilidad de morir porque «te parta un rayo» es de 1 entre 4,3 millones en un año concreto. Comparativamente, es más probable que te caiga un rayo a morir a causa de un ataque de una serpiente venenosa. Y sin embargo, ambas sucede.
¿La probabilidad de morir en avión? 1 entre 5.000 durante toda una vida, mucho menor que siendo pasajero en un coche (1 entre 230) aunque mayor que como pasajero de autobús (1 entre 86.000). Naturalmente este tipo de datos estadísticos dependen de lo que luego haga uno personalmente. Puedes evitar los rayos refugiándote cuando se avecina tormenta (salir a jugar al golf no es muy buena idea) y puedes evitar otro tipo de muertes no acercándote a serpientes venenosas, coches, aviones o autobuses. Hay un montón de datos más, y hasta la propia clasificación de los «tipos de muertes» es realmente curiosa.
Sin embargo, junto a todo esto hay historias de de vida, de trabajo, de unidad y de esperanza que nos permitirán salir adelante ante esta situación que vive nuestra Patria y que está presente también en otros países.
Que la muerte existe no es ninguna novedad. Es una verdad indubitable. La vida también es una de las verdades más grandes y hermosas. Prolonguemos la existencia, dándole sentido a nuestras vidas. Sigamos adelante.