El ex ministro de Planificación argentino, Julio De Vido, quien supervisó el programa nuclear del país y fue una de las personas claves en la en la formación de una alianza estratégica con China durante la Presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, emitió una cáustica declaración el 8 de enero en contra del diario La Nación, controlado por Londres, cuya editorial del 2 de enero, titulado "Las dos vergonzosas represas", pide que se detenga el complejo hidroeléctrico Kirchner-Cepernic que se construye en la provincia de Santa Cruz con financiamiento chino, y que se sustituya con proyectos de energía solar y eólica. El diario La Nación fue fundado por el agente británico Bartolomé Mitre, y desde siempre ha tomado sus órdenes desde la City de Londres. Es uno de los principales patrocinadores de Mauricio Macri.
En un amplio artículo publicado el 8 de enero en el sitio electrónico de Cristina Fernández (www.cfkargentina.com), De Vido va directo al grano. Primero desenmascara las mentiras descaradas de la La Nación sobre el proyecto, y señala que la oposición a la construcción de las represas proviene del centralismo inspirado por los británicos e identificado con el puerto de Buenos Aires: "La inteligencia británica, sus fusiles y libras esterlinas", intentaron a principios del siglo 19 impedir la emergencia de una Argentina independiente, dice De Vido. "Bartolomé Mitre, sugería abiertamente la separación definitiva del Estado de Buenos Aires, y su organización como Nación... Es que Gran Bretaña no quería perderse el extraordinario mercado de la Cuenca de La Plata!" De este modo, la construcción de las represas en la Patagonia despoblada, para el provecho de toda la nación, "constituye una espantosa pesadilla para el centralismo porteño" que viene directamente de Londres.
De Vido señala que La Nación se ha unido al Ministerio de Medio Ambiente integrado por representantes de Greenpeace y demás ONGs del "fundamentalismo ecológico", que están decididos a convertir la lucha contra el cambio climático en el centro de la batalla y a favor de la energía solar y eólica, contra la energía nuclear e hidroeléctrica. "Sepa el neoliberalismo verde que una política energética medioambientalmente seria y responsable pasa por sustituir los combustibles fósiles por la energía nuclear y la renovable hidroeléctrica", asevera el exministro.
Como señala De Vido, China "se guía por sus propios intereses... Sale del patrón de expansión hegemónica (imperialista) anglosajón... La República Popular de China demuestra al mundo (y específicamente a los presuntos civilizados de Occidente) que se puede trabajar y avanzar en un nuevo orden de las relaciones internacionales basadas en una cooperación del tipo 'win-win' ".
Para Macri y sus patrocinadores imperiales, dice De Vido, "el problema es China, sus yuanes, sus inversiones, su 'win-win' y el desplazamiento que provocaron a las empresas, industrias y financieras estadounidenses y europeas. Pero ni Europa ni Estados Unidos pueden darse el lujo de volver a perder América del Sur. Minar el principal punto de apoyo así como removerle a China el aliado cualitativamente más importante jamás conseguido en esta parte del mundo —la Argentina del Bicentenario — son objetivos determinantes de la estrategia imperial y neocolonialista" que refleja la política de Mauricio Macri.