Cuando despertó el siglo XX, José P. Saldaña había cumplido ya los nueve años de edad. Vio nacer el siglo XX y dijo adiós al XIX. Este gran amigo que fue el primer Cronista Oficial de la Ciudad de Monterrey. La vida y la obra de este regiomontano ilustre se mezclan con la historia misma de la ciudad y del Estado. Porque don José P. Saldaña no sólo escribió acerca de la historia; también hizo Historia.
Don Pepe nació el día 19 de un mes de octubre en 1891. De 1918 a 1920 fue Diputado Federal. Más tarde fue Secretario General de Gobierno y Gobernador Interino de Nuevo León en 1935. Desplegó, también, una gran actividad como periodista. Fue Secretario Particular del general Antonio I. Villarreal.
Son obras merecen reeditarse cada vez que se agoten. Monterrey no puede darse el lujo de desconocer sus libros. ¿Los conocerá el Alcalde? ¿Los conocerá el Gobernador? En sus páginas palpita la vida de esta gran ciudad.
Entre sus libros figuran:
- Del pasado y del presente. Páginas de verdad y de combate (1917)
- Mi actuación como diputado al Congreso de la Unión (1919)
- Estampas antiguas de Monterrey (1942)
- Manual práctico de la Ley Federal del Trabajo (1943)
- Historia y tradiciones de Monterrey (1943)
- Casos y cosas de Monterrey (1945)
- Episodios históricos (1948)
- La novela de Juan Luis (1951)
- Episodios contemporáneos (1955)
- Episodios de ayer (1959)
- Apuntes históricos sobre la industrialización de Monterrey (1965)
- Mercado Colón (1966)
- Casa del general Bernardo Reyes (1966)
- El riesgo profesional en relación a la responsabilidad del empresario (1966)
- Monterrey de 1920 a 1930 (1967)
- Grandeza de Monterrey (1968)
- Crónicas históricas I (1972)
- Crónicas históricas II (1975)
- Crónicas históricas III (1982)
- Crónicas históricas IV (1986)
- Del triunfo al destierro (1987)
- El escudo de Nuevo León (1987)
- ¿Y qué hicimos? (1988)
- Año de 1900 (1989)
- El general Porfirio Díaz en Monterrey (1990)
- Apuntes sobre Monterrey (1990)
- Apuntes políticos y Socioeconómicos de Monterrey (1991)
- Fulgores democráticos (post-mórtem, 1993)
Junto con los historiadores Santiago Roel Melo, Carlos Pérez Maldonado y Héctor González integró la comisión que creó el Escudo de Nuevo León, en 1943. Al celebrarse este mes un aniversario más de su natalicio, lo recordamos --como siempre-- con afecto y admiración.
HOMBRE DE
DOS SIGLOS
Fue un hombre de dos siglos: el XIX y el XX. En más de una centuria de existencia, don José vivió en Monterrey días de frío, de calor, nevadas, inundaciones; días tranquilos y días inquietos. Días de triunfos y días de derrotas. A través de los casi 101 años que le tocó vivir, hizo numerosos amigos y conoció a grandes figuras de la historia. Su vida y su obra se mezclan con la historia misma de la ciudad y del Estado. Porque don José P. Saldaña no sólo escribió acerca de la historia, también hizo historia.
El 19 de octubre de 1991, don Pepe cumplió cien años de existencia. De eso hace ya 26 años. Con ese motivo, escribimos en la revista “Roel”, de la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística, un texto sobre su vida y su obra, en el cual incluimos también su bibliografía.
En los últimos 30 años de su existencia, en que tuvimos la fortuna de ser sus amigos, fueron numerosas las ocasiones en que intercambiamos notas. Su nombre ha quedado grabado en las presentaciones de dos libros nuestros, los cuales nos hizo el honor de prologar: “Juárez en Monterrey” y “Los Herreras: raíces del pueblo”. Después de que él falleció, participamos en la presentación de su libro póstumo “Estampas antiguas de Monterrey”.
Ocupó importantes cargos. Fue, incluso, gobernador interino del Estado y diputado federal en la XXVIII Legislatura. Sin embargo, uno de los cargos que ostentó durante mayor tiempo fue el de Cronista de la ciudad de Monterrey. Aunque don José fue nombrado cronista de la ciudad en el año de 1967, de hecho era ya Cronista regiomontano desde muchos años antes. Ya desde los años de 1908 a 1910 daba a conocer sus escritos. En el diario El Porvenir del 16 de junio de 1967 localizamos información relativa a la designación de don Pepe como Cronista de Monterrey.
ENAMORADO
DE LA CIUDAD
Fue el alcalde de Monterrey, ingeniero Cesar Lazo, quien le otorgó su nombramiento como Cronista y al hacerlo manifestó que el señor Saldaña era un enamorado de su ciudad, a la cual se refirió no como una estructura fría, sino como un organismo vivo que en la lucha por perfeccionarse superándose a sí misma, va dejando una historia palpitante de éxitos, de fracasos, de afirmaciones y de negaciones, quizá de frustraciones, que no son sino la suma de los éxitos y de los fracasos de un millón de mexicanos”.
Con la modestia que siempre le caracterizó, don José afirmó en aquella ocasión que esa designación era un honor que lo llenaba de júbilo y responsabilidad moral e intelectual. La noticia fue recibida con beneplácito. Un destacado periodista de la ciudad, que de hecho también fue cronista de Monterrey aunque no haya tenido un nombramiento oficial, el buen amigo José Navarro, le dedico en el diario El Porvenir de la fecha mencionada, estas palabras que lo describen de manera ejemplar:
“Un político en espera del sufragio efectivo; un periodista en cabal ejercicio; un historiador de polendas; un escritor al modo de aquellos románticos de fin de siglo; un seguro consejero en asuntos laborales, certero, humano, vencedor de la fatiga, y ante el otoño esplendoroso que tiñe de oros los crepúsculos en la sierra de Urbano, el ensueño de un hombre adorado: Berta y una esperanza hecha realidad en los hijos de su cariño”.
LA VIDA ES BREVE
“La vida es breve”, me dijo un día don José P. Saldaña, el primer Cronista Oficial de la ciudad de Monterrey. Y eso que estuvo a punto de llegar a los 101 años de edad.
Monterrey no había tenido un cronista oficial de la ciudad. Era esta la primera ocasión. Don José aceptó el reto, a sabiendas de que ya contaba con 75 años de edad. Confiaba en sus fuerzas, en su entusiasmo y en su disposición para servir. Le servían de guía tres maestros que ejercieron una función similar en la ciudad de México: Luis González Obregón, el autor de Las calles de México; Artemio del Valle Arizpe y Salvador Novo.
Este último estuvo presente en la ceremonia y al hacer uso de la palabra afirmó: “Formulo votos porque el ejemplo que hoy da Monterrey al país, sea imitado y seguido por todas las ciudades de un México tan lleno en todas ellas de valiosas tradiciones qué preservar, y qué conjugar amorosamente con el hoy fecundo y bullente que el cronista decantará para forjar con el México nacido en la pluma de su primer cronista”.
Ejerció el cargo de cronista durante los últimos 25 años de su existencia. Y al hacerlo rescató la historia de la ciudad.
José P. Saldaña constituye un orgullo para Nuevo León y para México. Su vida y su obra han quedado ligadas permanentemente a las cosas nuestras y Monterrey lo recordará permanentemente con cariño.