Recientemente llegué a una plática entre amigos en la que se despotricaba contra Estados Unidos, tildándolo de “el peleonero mundial” e implicando que era un “aprovechado” sin más principios que su propia conveniencia. Concedo que si hay un país en el mundo que tenga quejas legítimas contra “El Coloso del Norte” es México, empezando por la Guerra de 1846/48 y pasando por las dos intervenciones militares durante la Revolución, pero creo que no debemos permitir que esos legítimos agravios nos deformen la visión histórica del papel que como “potencia benevolente” ha jugado EUA durante todo un siglo, desde 1917 cuando entró a la Primera Guerra Mundial, principalmente por motivos altruistas, al considerar que todos sus ancestros del “Old Sod” se estaban volviendo locos de odio y furor, por lo que se sintieron obligados a tratar de detener esa horrible masacre.
De ese infierno en el que se convirtió Europa salieron dos nuevas ideologías que retaron al Liberalismo, fundado principalmente por Gran Bretaña, Francia y los EUA y que para 1914 ya iba prevaleciendo en todo el mundo: La Dictadura del Proletariado, en realidad de su “Vanguardia” comunista y el terrible Racismo Nazi, inspirado en el Fascismo italiano e imitado por el Militarismo japonés. Estas tres ideologías pelearon la Guerra más “total” que ha habido: Si en la Primera murieron 12,500,000 soldados en la Segunda murieron unos 64 millones, la mayoría de ellos civiles. EUA sólo entró cuando Japón lo atacó a mansalva, mientras que Alemania e Italia le declararon la guerra a ellos, con la esperanza de que Japón también atacara a la Unión Soviética, la cual acababa de detener la embestida de 3,500,000 de soldados Nazis y de sus aliados.
Ya es costumbre de culpar a EUA de “la barbaridad” de haber echado las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki cuando esta acción, más el ataque soviético sobre Manchuria, apenas pudo inclinar la balanza de que Japón se rindiera, evitando así una invasión que se calcula que hubiera costado 1,400,000 de soldados aliados y entre 10 y 20 millones de soldados y civiles japoneses.
En cuanto a las “guerras” desde 1945 hasta el presente, todas muy limitadas y peleadas por motivos que se han creído justificados y necesarios ¿Debió EUA permitir que Corea del Norte, armada por la URSS, avasallara a la del Sur en 1950? Nada más hay que ver la diferencia abismal entre ambas, para concluir que eso hubiera sido una cobardía muy costosa. Vietnam empezó por las mismas razones, pero una vez que el pueblo y el gobierno de los EUA se convencieron de que la mayoría de los vietnamitas preferían el orden autoritario de los comunistas del Norte a la corrupción inacabable de los del Sur, tuvieron la entereza de reconocerlo y retirarse.
Las acciones “policiacas” de Irak, Siria y Afganistán, bien o mal pensadas, son sólo eso. Las peores fallas de EUA han consistido en no intervenir o no hacerlo de manera suficiente, siendo Cuba el ejemplo más notorio y Bill Clinton dijo que lo que más le dolía de su gobierno fue el haber permitido el exterminio de la aristocracia tutsi en Ruanda a manos de la oprimida mayoría hutu. Alguno se escandalizó de que EUA haya atacado en 1983 a la isla antillana de Granada con una gran fuerza naval para evitar una dictadura comunista apoyada por militares cubanos: Habrá que preguntarle a los granadinos actuales qué hubieran preferido, las decenas de muertos que tuvieron o 35 años de comunismo.
Ahora el problema mundial es que la Potencia Benevolente está teniendo su reacción “trumpeana” de retirarse de la escena mundial y concentrarse en sí misma ¿Qué debemos hacer al respecto? Convencer a otros países latinoamericanos y a la Unión Europea de que hemos dejado demasiados solos a los EUA en la muy necesaria tarea de guardar el derecho y el orden mundiales y que debemos asumir la parte de esa tarea y de esa responsabilidad que nos corresponda.
Atte.- JVG.- 31-01-18.