18/Oct/2024
Editoriales

Fray Servando, horizontes de libertad...

José Servando Teresa de Mier, Noriega y Guerra nació el 18 de octubre de 1763 en la ciudad de Monterrey, N.L. Hoy se cumplen 261 años de su natalicio. 

 Personaje multifacético, inquieto, increíble… intelectual, librepensador, precursor, promotor, poeta, actor y cronista de la guerra de independencia… forjador de la república, polemista, crítico, legislador en su más amplia acepción… Mier es un protagonista fundamental de su tiempo y lo trasciende a éste por su visión universal y de futuro…

 Hombre de avanzada y pensamiento libertario que sus adversarios siempre quisieron aprisionar, pero él, habilidoso como nadie, evadió una y otra vez, las rejas y las tapias físicas y mentales con que se pretendió retenerlo. Nadie pudo nunca cortar las alas de su espíritu libre y libertario.

 Mier encontró en la carrera eclesiástica no el fin, pero sí, el medio para crecer en el conocimiento teórico y desarrollar sus cualidades intrínsecas como la oratoria, el sentido de universalidad, el lenguaje claro y hasta el sarcasmo que bien se sabe, es arma predilecta de los inteligentes.

 Su célebre sermón sobre el sincretismo guadalupano lo llevó a prisión, a la persecución y el destierro, que, lejos de afectarle se convertirían en acicate para su ansia aventurera, su conocimiento del mundo y de los hombres y la consolidación de sus convicciones libertarias.

A su paso dejó atrás cárceles y encierros, llevó siempre luces de su entendimiento, sus ideas dejaron huella y por si fuera poco, dejó testimonios concretos de su tránsito vital…

Abrazó las ideas más avanzadas de su época, las enriqueció con su ejemplo y las trasmitió a propios y extraños… cuando se hizo necesario se animó a la militancia por la libertad e hizo gala de las extraordinarias armas que eran sus reflexiones agudas y su verbo encendido y mordaz…

 Dondequiera luchó por la libertad, no solo la personal, sino la del género humano y en particular la de su patria… la guerra por la independencia tuvo en él lo mismo a un precursor, que a un promotor y un cronista… fue sin duda uno de los caudillos intelectuales, primero del movimiento emancipador y luego en la formación de la nueva nación.

 Al retornar a la patria, desde la más alta tribuna hizo sentir su voz de plata y la agudeza de sus argumentos… Fue diputado por el Nuevo Reyno de León en el primero y segundo Congreso Constituyente recordándose siempre su posición sosteniendo que la organización política ideal para nueva república era una que no llegara a tocar los extremos del centralismo ni del federalismo, al tiempo que promovía una mejor categoría política para su terruño.

 Fray Servando el legislador se distinguió por la claridad de su pensamiento, la firmeza de su discurso y la fuerza de sus convicciones. Su discurso de las profecías sigue presente cada que se debate sobre el rumbo de la nación. 

 Fue uno de los nuestros, aunque nunca regresó a Monterrey, nunca se fue del todo, ahí están los testimonios de sus epístolas siempre aconsejando, motivando, proponiendo lo mejor para su terruño…

 Un día de 1827 presintió su muerte y presto, organizó sus exequias… su última morada vivo fue el Palacio Nacional, donde dio a conocer su testamento político… de su discurso profético aún conmueve su lamento: “Dios Mío ¡Salva a mi Patria!”…

 En esta época en que aún encontramos en el mundo y en nuestro entorno, ejemplos de trasnochado fanatismo e intolerancia, el ejemplo de Fray Servando debe conducirnos a luchar porque ante todo prevalezca la verdad.

Vivo, nunca pudo ser aprisionado, muerto, tampoco lo sería y aunque su cuerpo tiene aún un destino incierto; ciertamente su espíritu sigue poblando los horizontes de libertad que siempre amó…

El pensamiento y quehacer de Fray Servando, nuestro Padre Mier, trasciende su tiempo y en nuestros días es ejemplo y guía.

No permitamos que su voz se apague… 

 

 Hasta la próxima...