Breve análisis del equipo de investigación Misión Verdad sobre el ataque armado contra el Fuerte Militar Paramacay, en Carabobo, Venezuela.
1. Los ataques contra instalaciones militares en Venezuela vienen siendo utilizados como táctica armada y de terror por parte de opositores. No es la primera vez: ya con anterioridad se han registrado ataques armados contra la Base Aérea Francisco de Miranda (La Carlota) y alcabalas de Fuerte Tiuna en Caracas.
2. La operación surge en un momento donde la oposición venezolana pierde capacidad de movilización y capacidad política por las primeras decisiones de la Asamblea Nacional Constituyente, siendo superada por una vanguardia violenta y armada.
3. Falso que la acción signifique un Golpe de Estado en curso o un alzamiento militar: la mayoría de los implicados son mercenarios con prendas militares, posiblemente comandados por el ex capitán de la GNB Juan Carlos Caguaripano, quien desertó del cuerpo castrense en 2014 por estar involucrado en intentos fallidos de sublevación.
4. El centro de la operación consiste en imponer una narrativa de ingobernabilidad y fractura en el estamento militar, para saldar por esa vía los fracasos del antichavismo y EEUU que esperaban quebrar la Unión Cívico-Militar. Medios como CNN en Español han utilizado esta operación armada para proyectar un nuevo ciclo de violencia en las calles de Venezuela.
5. A la luz del ataque armado de Oscar Pérez sobre la sedes del TSJ y Ministerio del Interior, y la violencia armada en estados andinos el pasado 30 de julio (día de la elección Constituyente), el conflicto marca una deriva hacia la creación, entrenamiento y financiación de grupos mercenarios cada vez más profesionalizados en aplicar tácticas de sabotaje y guerra socia contra el país. Plan que en su momento fue ejecutado en Siria y Libia para promover intervención militares de EEUU y la OTAN.
6. El senador Marco Rubio, artífice de las sanciones más pesadas de EEUU contra Venezuela desde 2014, celebró el ataque armado. Rubio representa el ala más radical de la política estadounidense contra Venezuela. Es financiado por corporaciones armadas, fondos israelíes y compañías petroleras en Venezuela como ExxonMobil.
7. El ataque fue repelido por el ejército y la situación tornó a la calma. Sin embargo, reportan que armamento de la 41 Brigada agredida fue robado, marcando el interés último de la operación.
8. Distintos analistas internacionales y ONGs conectadas con los centros de poder hegemónicos de EEUU y Europa, como el International Crisis Group y David Smilde (quien escribe para el New York Times) han venido dándole forma y legitimidad a un posible conflicto armado gestionado por actores locales y externos a Venezuela, sumamente interesados en la destrucción del país como vía expedita para el saqueo de las corporaciones.
9. Esta acción tiene un precedente importante de reseñar: desde antes del 30 de julio EEUU asedia a Venezuela a diario a través de comunicados y chantajes a sus aliados, presionando por una salida violenta al conflicto venezolano.