Se encuentran muchos parecidos entre las Presidencias de Miguel de la Madrid Hurtado, de 1982 a 1988, y de Enrique Peña Nieto de 2012 al próximo 2018: Ambos Presidentes han sido “sacones”, es decir huyen el enfrentar problemas graves y difíciles y creen que “lo procedente” para ellos es minimizar dichos problemas con tanta mentira y ruido como se pueda, y si aún así sigue ahí el problema, entonces hay que “sacarle la vuelta inteligentemente”.
¿Por qué se estará repitiendo la misma triste historia 30 años después? Creo que porque ambas son ocasos de mejores épocas anteriores: El Priismo, que tuvo su “crecimiento sostenido” de 1940 a 1970 y que se “enfermó” en 1968, llevaba ya otros dos sexenios “grises”, los de Echeverría y de López Portillo, sin poderse enderezar, por lo que bastó que en el triste sexenio de de la Madrid ocurriera un gran temblor, el del 19 de Septiembre de 1985, para que el pueblo mexicano despertara, se fuera organizando y creciendo como un oleaje, hasta que 20 meses después, en Mayo de 1987, se “rompieron los diques” al renunciar pública y sonoramente del PRI tanto Cuauhtémoc Cárdenas como Porfirio Muñoz Ledo, quienes luego formarían el PRD.
Este escándalo político bastó para que de la Madrid se empezara a desmoronar y cediera al PAN la Gubernatura de Baja California y luego tuviera que nombrar, para su sucesión, a “seis priistas distinguidos”, para disfrazar su descarado “dedazo”.
Enrique Peña Nieto ocupa el ocaso de nuestra primera democratización, después de que durante la Primera Alternancia del PAN, ni Fox ni Calderón se atrevieron a desmantelar los sindicatos “nacionales”, verdadero “corazón político” del PRI, por lo que éste retomó el poder en 2012: Así subió al poder Enrique Peña Nieto, el segundo Presidente “sacón”.
Ahora se repite en la misma fecha otro gran temblor y el pueblo mexicano reaccionó igual y, esperemos, que también despierte políticamente, como lo hizo hace 32 años ¿Qué debe hacer ahora en concreto? Pues creo que rechazar los extremos políticos, tanto la vieja corrupción impune del PRI (Aunque la disfracen con “independientes” comprados, como Jaime Rodríguez), como los excesos demagógicos y populistas del dictadorzuelo en ciernes AMLO, y optar por alguna solución centrista y no mentirosa ¿Será esto posible?
Pues parece que el Frente Amplio que están tratando de formar los mejores elementos del PAN, el PRD y el MC (Movimiento Ciudadano) sería la única opción que podría derrotar a los dos extremos indeseables, el deshonesto y el autoritario, ambos igual de mentirosos, así que la primer característica que se les debe exigir al Frente Amplio es que sean veraces: Que examinen y presenten soluciones factibles para los grandes problemas nacionales e internacionales que ahora nos afectan: Narcotráfico, seguridad pública, educación en suficiente cantidad y calidad moral, emigración, libre comercio, etc.
Siempre se necesitan líderes que marquen el camino, como sucedió en 1987 ¿Quiénes tendrán los tamaños y capacidades en el momento actual? Parece que hay sólo dos “gallos” posibles: Ricardo Anaya y Miguel Ángel Mancera y que cualquiera de los dos que gane, sea apoyado plenamente por el otro ¿Estaremos esperando demasiado de nuestros políticos, poco dados a sacrificarse por alguna causa? Veremos y diremos.-
Atte.- JVG.- 20-09-17