Agosto 10 de 1885: Nace en China, Porfirio G. González González, quien sería aguerrido militar y político, gobernador del estado en dos ocasiones. Fue hijo de Máximo González y Dolores González, y desde niño trabajaba en el campo, tanto en la agricultura como en la ganadería. Inició su carrera militar el 9 de febrero de 1913 al sumarse a las tropas constitucionalistas; participó en diversas batallas en el noreste mexicano, y en 1914 ya con el grado de coronel, bajo las órdenes de Cesáreo Castro se incorporó al obregonismo. Terminó 1914 con el grado de General Brigadier, y en 1915 se distinguió en hechos de armas por lo que el 29 de junio de ese año fue ascendido a general de brigada. Su talante altivo le llevó a enfrentar dos juicios militares, el primero en 1917 –declarado inocente cuatro años después- por abuso de autoridad, y en 1919 por pillaje, estando preso medio año en Tlatelolco. Al salir de la cárcel, el ambiente político estaba muy revuelto. Había elecciones complicadas debido a que Carranza quería imponer como sucesor al ingeniero Ignacio Bonillas, embajador en Washington, y Obregón se postuló a la presidencia por el Partido Laborista Mexicano, por cierto en esa ocasión la Liga Democrática propuso al neolonés Pablo González. La nación se convulsionaba cuando apareció el Plan de Agua Prieta, en abril de 1920, que desconocía al presidente Venustiano Carranza quien fue asesinado cuando iba a refugiarse en Veracruz. El mencionado plan desconocía también a los gobernadores de Guanajuato, San Luis Potosí, Nuevo León y Tamaulipas, mismos que serían sustituidos por quienes nombrara el jefe supremo del Ejército constitucionalista, Adolfo de la Huerta, miembro del Grupo Sonora. A la muerte de Carranza, De la Huerta asumió la presidencia y convocó a elecciones que ganó Álvaro Obregón que gobernó de diciembre de 1920 a noviembre de 1924. Estos grandes movimientos revolucionarios tuvieron desde luego reflejo en nuestro estado, donde, entre 1917 y 1919, gobernaba el carrancista Nicéforo Zambrano –ex alcalde regio, y ex diputado constituyente- que fue sustituido por otro carrancista, José E. Santos, el 4 de octubre de 1919. Empero, al salir el plan de Agua Prieta, el 10 de mayo de 1920, Santos dejó en el poder a Humberto Barros, que duró sólo tres días –del 10 de mayo al 12 de mayo- quedando a cargo Félix G. Lozano, quien gobernaría otros dos días –12 y 13 de mayo- pues el 13 de mayo de 1920 arribó a nuestra ciudad con cien hombres, Porfirio G. González portando su nombramiento de gobernador del estado, gracias a Álvaro Obregón. El nuevo gobernador se dedicó a combatir el vicio del juego, que en esos tiempos se había propalado en Monterrey; instaló la Escuela Nocturna para Trabajadores, buscó el equilibrio fiscal disminuyendo las canonjías de la industria dadas por Bernardo Reyes –recurrente truco para atraer inversiones y enriquecer más a los ricos- , y combate el bandolerismo. El 5 de febrero de 1921 llegó a la gubernatura Juan M. García, quien ya había competido en tres ocasiones anteriores y de filiación anti obregonista, lo que demuestra una vez más que en nuestra entidad la oposición al presidencialismo es algo normal. Sin embargo, tras graves desórdenes públicos promovidos por -ó achacados a- el propio gobernador, fue desaforado el 4 de abril de 1922 y el congreso designó al doctor Ramiro Tamez como gobernante. Este gobernador hizo buena labor dedicándose más que a hacer política, a realizar campañas contra el paludismo y a ampliar el Hospital González. En el ínterin, Porfirio G. González estuvo “a disposición de la Presidencia” entre 1921 y 1923, construyendo el cuerpo de rurales de Nuevo León, para apoyar al gobierno federal. Llegada la fecha, en 1923 Porfirio G. González compitió contra otro obregonista, Aarón Sáenz, y el Tribunal Superior de Justicia “autónomamente” los descalifica a los dos y nombra gobernador interino a Anastasio Treviño Martínez. Por cierto, para que Treviño tomara posesión, hubo de desalojarse a Alfredo Pérez, quien también participó en la contienda y se proclamaba triunfador de las elecciones y gobernó un solo día. Porfirio G. González también se proclamó triunfador, instalando su propia cámara de diputados en el hotel Bridge, y luego de una lucha política, fue reconocido su triunfo y Anastasio Treviño le entregó la gubernatura el 25 de diciembre de 1923. De inmediato erigió en Ciudad al poblado de Villaldama, y promulgó una nueva ley orgánica de los municipios. Porfirio G. González gobierna hasta el 16 de octubre de 1925, que fue desaforado por el congreso del estado, acusado de asesinar a dos diputados locales apellidados Estrada y Solís. Porfirio G. González alegaba que habían muerto en riña, el primero afuera de un prostíbulo y otro en un hotel y que el desafuero era por "presiones políticas del presidente Plutarco Elías Calles" que gobernaba desde el 1º de diciembre de 1924. Retirado a la vida privada, en octubre de 1927 fue aprehendido con motivo del levantamiento de Almada. No obstante, todavía figuró en el Estado Mayor Presidencial. El 28 de mayo de 1928, murió en la Ciudad de México este revolucionario controvertido que nos gobernó en dos ocasiones y sucumbió por la misma causa política por la que llegó: la influencia del gobierno federal.
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