Aquí en Nuevo León hemos presenciado la crisis financiera, después la bancarrota, y luego venta, de muchas empresas importantes de las cuales las más notables fueron Hylsamex y Cervecería Cuauhtémoc-Moctezuma. Dichas empresas intentaron convertirse en grandes exportadoras, invirtieron en ello vía deuda adquirida con los grandes bancos como Citibank, Bank of America, JP Morgan etc. Al final, la aventura exportadora no funcionó y terminaron endeudados y vendiendo esas empresas a cambio de que otras empresas internacionales como Ternium o Heineken se hicieran cargo de esa deuda y pagaran en acciones otra parte de la compra.
Ese caso se repitió en muchas otras empresas de nuestro país, algunas de las cuales sobrevivieron como Grupo Industrial Saltillo o Vitro o Cemex pero en muy malas condiciones; y otras que no lo lograron como Comercial Mexicana y más recientemente Grupo ICA.
La razón es sencilla: La economía nacional dejó de crecer desde 1983 en términos reales o físicos. Por eso esas empresas buscaron exportar o hacer adquisiciones y fusiones con otras empresas para repartirse el decreciente mercado nacional causado por el estancamiento post 1983. En el proceso se endeudaron y, al no haber recuperación de la economía, terminaron teniendo que vender para cubrir el endeudamiento o al menos deshacerse de la deuda todos sus activos como Hylsamex y Cervecería, o una parte de ellos como Vitro o Cydsa, para citar algunos ejemplos.