Hemos hablado aquí sobre el caso de los "Papales de Panamá", el escándalo que puso al descubierto la enorme red de lavado de dinero sucio del narcotráfico y otros crímenes así como de la evasión de impuesto a lo largo del mundo y que se realiza mayormente en los sitios "offshore" --o fuera de jurisdicción--, de las islas que son protectorados británicos en su mayoría y que pertenecen al imperio británico.
Ese mundo criminal se alimenta de los recursos provenientes del tráfico de drogas y de la evasión y ha crecido en la medida en que en las naciones del mundo occidental, principalmente, la crisis económica se ha ido agravando a lo largo de los últimos 30 años. Las empresas incapaces de generar suficientes ventas e ingresos y al mismos tiempo asfixiadas por enormes deudas buscan reducir sus costos fiscales en esos paraísos. Del mismo modo, el narcotráfico se ha convertido, por "default", en el sustituto de la economía real. Sin embargo, hay Orta forma más directa y inmediata en que la economía favorece al crimen.
Esa es la vía de los recortes presupuestales. Cuando un gobierno, por órdenes de instituciones financieras multilaterales como el FMI o el Banco Mundial , o bajo la presión de las calificadoras como Moodys o Fitch, decide reducir su gasto, despedir empleados y trabajadores, suspender obras etc. por cada peso que decide no invertir y por cada desempleado que generan, desata una cadena de efectos multiplicadores en términos de más pesos que no se generar, más empleos que se pierden, mas producción que no se realiza etc. (Continuara).