La primera muestra de lo que podría ser la "cuesta de enero" -que duran, como luego dicen, "hasta diciembre"-, es el hecho de que a los pensionados del IMSS y del ISSSTE no se les entregaron sus pensiones del mes de diciembre y se les están prometiendo para hoy lunes, lo cual quiere decir que no tendrán tampoco las de enero a tiempo. Cosas como esas o retrasos en los pagos a diferentes empleados de gobierno del estado y los municipios podrían generalizarse. Igualmente la suspensión o retraso en algunos servicios como la recolección de basura, el alumbrado, la vigilancia etc.
Por el lado de las empresas privadas también ocurrirán cosas así pero de forma diferente. Por ejemplo, algunas de ellas podrían despedir súbitamente a un tercera parte de sus empleados como ocurre actualmente con las grandes empresas petroleras o con los bancos globales. Tenemos que entender que la caída de los precios del petróleo deja a México y a muchos países en la insolvencia financiera igual que a las empresas que se dedican a ese negocio. Esa situación forzará además la devaluación de sus monedas porque los capitales especulativos abandonan el país en busca de mayor "seguridad" en otras inversiones.
Esa devaluación genera presiones para que los precios de los diferentes artículos de consumo, los bienes industriales y lo servicios se disparen hacia arriba. Es decir, la devaluación del peso que se expresa en que el dólar norteamericano se cotizaba a 13 pesos a principios del 2015 y terminó cotizándose a 17.69 pesos, se va a volcar sobre los precios. Las empresas y negocios querrán transferir esa devaluación hacia los artículos que producen o comercian.