Mayo 18 de 1846: La armada de Estados Unidos bloquea los puertos de Veracruz, Alvarado, Matamoros y Tampico. En rápida maniobra, los buques de guerra mexicanos zarpan de Veracruz para ponerse a salvo en La Habana. Desde el 13 de mayo hasta el 8 de junio, el comodoro John Sloat se dedicó a bloquear la costa mexicana del pacífico, y a ocupar los importantes puertos de Monterey, California, hasta Mazatlán, Sinaloa. Las instrucciones provenían directamente del secretario de la armada norteamericana, George Bancroft. El 17 de mayo, el general Arista solicitó a Taylor la suspensión de hostilidades, y ante la negativa, Arista ordenó la desocupación de Matamoros, Tamaulipas por falta de recursos para continuar la campaña de defensa. Así que, al día siguiente, Taylor cruzó el río Bravo y ocupó las fortificaciones mexicanas, pues su país tenía recursos sin fin para esta invasión que apenas comenzaba. 

Ah, pero eso sí, en la ciudad de México seguía el forcejeo entre los grupos militares mexicanos por el poder, y detuvieron a Ignacio Figueroa, Fernando Batres y a Valentín Gómez Farías. Esto porque el gobierno interceptó una carta que Juan Álvarez escribió relativa a su pronunciamiento en el sur de México. Así hemos actuado los mexicanos, siempre peleando entre nosotros mientras los extranjeros aprovechan nuestra incapacidad de pacificar los problemas y negociar entre los grupos en conflicto. Ni la guerra de invasión norteamericana nos pudo unir, y terminamos hechos pedazos y sin la mitad del territorio. Esa lección debiera ser inolvidable.