19/Sep/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Septiembre 15 de 1939: Muere a los 89 años de edad en San Antonio, Texas, Joseph Andrew Robertson, empresario, militar y periodista que vivió e hizo historia en Nuevo León. Nació el 31 de diciembre de 1849 en Bakers, Tennessee, en el hogar formado por Hugh Robertson y Martha Ann White, creció con la filosofía de la vida productiva, así llegó a ser dependiente del vapor “Ruth” hasta que se incendió en el Mississipi. Estudiaba Derecho en Memphis, pero al estallar la Guerra Civil pausó su carrera para enrolarse en el ejército confederado, al lado de su padre, quien murió en una batalla. Luego de que se firmó la paz, regresó a estudiar titulándose de abogado y, en paralelo continuó en la milicia en donde obtuvo el grado coronel. Casó en 1873 con Ida Wells, procreando dos hijos y en 1887 viajó a Monterrey en virtud de haber sido contratado por un enviado del general Jerónimo Treviño, concesionario del Ferrocarril del Golfo, en calidad de gerente. La concesión de Treviño era amplia, por lo que, además del proyecto de conectar las ciudades de Monterrey y Tampico, también debía tender la vía del Ferrocarril que conectaría nuestra Ciudad con el mineral de San Pedro y San Pablo en El  Diente. Ya para el año siguiente de 1888, Robertson se había asociado con Treviño y con Emeterio de la Garza, para participar en el proyecto ferroviario a la Ciudad de México, por la ruta Saltillo y San Luis Potosí. Robertson creció rápidamente en varios frentes, debido a su talante emprendedor y talento proteico, aúnado a una prolífera visión empresarial. Así que incursionó en otros campos, como en el periodismo, fundando en 1895 el periódico “The Monterrey News”, en lengua inglesa, y fue tanto su éxito que, a partir de 1902 se publicaba también en español. Su hiperactividad parecía no tener límites, y ya era elemento indispensable en casi todos los proyectos productivos, así se veía inmerso en la formacion tanto de la Compañía Fundidora, como de una Ladrillera, misma que producía ladrillo McAdam, un sistema de pavimentación de carreteras patentado por el Ing. escocés John Loudon McAdam, con el cual se pavimentaron algunas calles de Monterrey. En el rubro de obras hidráulicas, consiguió en 1896 que el gobierno del general Bernardo Reyes le otorgara una concesión para construir una presa en el cañón de La Huasteca que traería agua potable a la Ciudad; y en el rubro de movilidad,   participó en la construcción de la primera la línea eléctrica al Topo Chico para mover el tranvía. Intervino también en la formación de la primera compañía de Agua y Drenaje,  pero coincidió con la decisión de regular los cuerpos de agua del país, que se incorporaron al mando único del agua, es decir, que todas las corrientes hídricas pasaron a ser dominio de la nación. Otro rubro muy importante que se le debe a Robertson es el de haber traído de California semillas de naranjos creando las primeras huertas de naranjas en la ahora región citrícola del estado. En otro aspecto diverso, como los norteamericanos que trajo Robertson a laborar en el inicio del ferrocarril eran aficionados, con su anuencia empezaron a practicar el béisbol entre ellos, por lo que también se reconoce al coronel Robertson como el promotor original del rey de los deportes en el estado.