21/Nov/2024
Editoriales

La presencia de la mujer

 

En el último siglo, la mujer ha ido ganando terreno y ha sido reconocida su calidad. Ejemplos de que es creciente la importancia de la mujer en política, arte, educación, cultura y en el ámbito laboral, los tenemos a la vista todos los días.

 

Hasta hace todavía un siglo, el papel de la mujer mexicana en la familia y en la sociedad era pasivo y prácticamente de sumisión. Le estaba vedado el trabajo, como no fuera el del hogar o el del campo, ayudando a su marido o a su padre. Diversiones y placeres que ahora son vistos con toda naturalidad, no eran siquiera imaginables.

 

Pero con el siglo XX se inició, balbuceante en un principio, vigoroso al paso de los años, surgió un movimiento tendiente a dar a la mujer el papel que le corresponde en la sociedad.

 

Un movimiento feminista contó hacia el año 1904, con el apoyo de varios periódicos y revistas de importante circulación, y en vísperas de la Revolución ya existían en México cien maestras tituladas, y habían egresado las primeras profesionistas de la Universidad de México. Figuraban entre ellas cinco doctoras, dos dentistas, una abogada y una química.

 

La emancipación femenina tuvo definitiva y espectacular aceleración con el estallido de la Revolución; en 1914 fue promulgada la ley del divorcio; en 1915 se reglamentó el trabajo de las mujeres y se le otorgó igualdad jurídica con el hombre en el hogar; en 1937, una mujer --la primera de la que después sería una lista interminable--fue lanzada como candidata del Partido Nacional Revolucionario para una diputación.

 

Con el arribo del general Manuel Avila Camacho a la Presidencia de la República, una mujer --Palma Guillén-- fue designada embajadora de nuestro país en Colombia, y otra, Matilde Rodríguez, asumió la jefatura del Departamento de Previsión Social de la Secretaría de Gobernación.

 

Una mujer arribó en 1952, por primera ocasión, a una presidencia municipal, y ese mismo año el presidente Adolfo Ruiz Cortines otorgó a la mujer el derecho a votar y ser votada para los puestos de elección popular.

 

Por años las mujeres se vieron obligadas a cumplir un rol en la sociedad que las relegó a tareas del hogar. Su capacidad intelectual, artística o científica era simplemente allanada por las pocas oportunidades que tenían de llevar una vida distinta a la de madre.

 

Aun así, muchas mujeres han hecho historia por su talento, capacidad o ingenio. Su mérito, además, va acompañado de haberlo conseguido con un sistema que no estaba dispuesto a que ello sucediera.

 

Hacemos un recuento, hoy, ante la proximidad del Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, de mujeres inspiradoras que abrieron camino a otras más para su desarrollo en los planos de las ciencias o las artes.

 

Con tal motivo, el Rector de la UANL, Mtro. Rogelio Garza Rivera, hará entrega del Reconocimiento “Flama, Vida y Mujer 2019”, a cuatro mujeres que se han destacado en la vida social y cultural de Nuevo León. La ceremonia tendrá lugar en el Aula Magna de la UANL, a las 17 horas.

 

Las homenajeadas son:  Dra. Laura Hinojosa Reyes, en el ámbito de Docencia e Investigación, Cora Díaz, en el ámbito de Extensión y Cultura, Esperanza Rodríguez González, en el ámbito de Desarrollo Empresarial.  Leonor Guzmán Martínez, en el ámbito de Responsabilidad Social y Lic. Cristina Díaz Salazar, en el ámbito de Desarrollo Gubernamental. Em esta ocasión habrá un Mensaje del Rector de la UANL, Mtro. Rogelio G. Garza Rivera.

 

EL CASO DE NUEVO LEÓN

 

En Nuevo León, la mujer acudió por primera ocasión a las urnas el 3 de julio de 1953, para elegir diputados federales. La siguiente es una breve, pero significativa, relación de nuevoleonesas distinguidas.

 

Entre las primeras que llegaron a cargos de elección popular, figuran la licenciada Margarita García Flores, diputada federal, la alcaldesa Orfelinda Villarreal, de Higueras, y Ofelia Chapa Villarreal, diputada local.

 

Margarita García Flores, por cierto, fue diputada federal en dos ocasiones, pero también fue sexta regidora en el Ayuntamiento de Monterrey y senadora de la República. Se le declaró "La Mujer del año" en 1978, y en 1979 recibió la Medalla "Al Mérito Jurídico".

 

Ahora bien, más de una centuria atrás, otras nuevoleonesas habían dado muestras de su valía y su valor. María de Jesús Dosamantes tuvo un comportamiento heroico y ejemplar durante el sitio de Monterrey, por parte de las tropas norteamericanas, en 1846.

 

Destacada fue también la intervención que, en ese pasaje de nuestra historia, tuvo la valerosa Josefa Zozaya. Originaria de San Carlos, Tamaulipas, llegó a Monterrey en 1840, a la edad de 18 años. En el sitio de Monterrey por los invasores, ella subió a la azotea de la casa de Manuel Garza Flores, para arengar a los soldados nacionales; los proveyó de municiones, curó a los heridos e incluso empuñó las armas para hacer frente al enemigo.

 

Julia Nava de Ruisánchez, nacida en Galeana en 1883, durante el tiempo de la revolución, prestó invaluable auxilio a los grupos opuestos a la tiranía, y en particular a las fuerzas maderistas. Concluido el movimiento armado, prosiguió una intensa vida dedicada a la educación, a la cultura y al servicio público".

 

Figura también la "niña prodigio" de su época, Celia Treviño Carranza, violinista y escritora. A los seis años empezó a estudiar el violín, y a los siete ofreció su primer recital en el "Opera House" de San Antonio, Texas.

 

También en el campo de las letras, ¿quién no recuerda a María Luisa Garza, más conocida como Loreley?

 

Otras distinguidas damas son: las promtoras culturales Rosario Garza Sada de Zambrano, Romelia Domene de Rangel, Ernestina Lozano de Salas, Alejandra Rangel, Alejandra Fernández; las escritoras Irene Gómez Reina, Adriana García Roel, Irma Sabina Sepúlveda, Carmen Alardín, Altair Tejeda de Tamez y Gloria del Ángel; la actriz Minerva Peña, la periodista Rosaura Barahona; las pintoras Saskia Juárez y Martha Chapa; las licenciadas María Elena Chapa y Teresa García de Madero; las historiadoras Leticia Martínez Cárdenas y Alma Elisa Reyes; las maestras Julia Garza Almaguer, Julia Nava, Luz Benavides, Laura Arce, la cantante Lucila Sabella, doña Irma Lobo y doña Leonor Guzmán Martínez, la Alcaldesa Cristina Díaz y muchas más.

 

El papel de la mujer cada vez es más importante en el sector educativo, en la actividad económica, en la toma de decisiones, en los medios de comunicación, la cultura y el medio ambiente. Desde siempre, lo ha sido en la familia. Tiene un valor que nadie le discute.

 

Ha sido importante la evolución que, en el devenir histórico, ha experimentado la presencia de la mujer en la familia y en la sociedad, en el arte y la cultura, en la economía y la política y en prácticamente todos los campos de la humana actividad.

 

Sus conquistas, sin embargo, no han terminado. De seguro que en años venideros la veremos desempeñarse con toda prestancia y capacidad en puestos de alta responsabilidad empresarial y, ¿por qué no? en más gubernaturas --la de Nuevo León incluida-- y hasta en la Presidencia de la República.

 

Otros países ya han marcado la pauta en este camino.