La derrota de U. Podemos y el PSOE en España y de los Laboristas en Inglaterra esta semana no es casualidad ni es extraña. En los dos casos; la derecha (PP y PC o Tories); aprovechan la crisis del Covid y el derrumbe acumulado de la economía desde, cuando menos, el 2008; para ofrecer “soluciones simples” o “atender las prioridades” y, sobre todo, el sometimiento de los partidos de izquierda a los dictados de la “la Troika” (BCE, UE y el FMI), desde Bruselas. En el caso de Inglaterra, Boris Johnson, a quien The Financial Times y The Independent describen como un político hábil “para cambiar de postura”, y quien se ha deslindado de la corriente “thatcherista” de su partido para ofrecer “políticas populistas de derecha con promesas de mayor gasto”; enviando dinero “por aquí y por allá” para “desarrollo regional”, sin resolver, por supuesto, los problemas estructurales de fondo de su país, como el desempleo, la decadente infraestructura, etc. Con este enfoque, Johnson ha convertido al partido Conservador, dice The Independent; “ sin pedir permiso o disculpas, en un movimiento populista de línea dura a favor del Brexit”. Con la campaña de vacunación masiva que ha realizado, mientras Europa entera apenas empieza; Johnson hizo olvidar, a los electores, los más de 120 mil muertos por la pandemia y muchos otros problemas. Por eso Johnson explica su triunfo así: “La gente quiere que los gobernantes resolvamos sus prioridades. En este caso el Brexit, vacunas y empleos”. Con este mismo enfoque, Johnson arrebató al laborismo buen parte del “muro rojo”, las regiones tradicionalmente bajo el dominio del Partido Laborista y donde figura especialmente el condado de Hartlepool . El “Muro rojo” es similar al “corredor de óxido” en Estados Unidos, los estados antes industriales que fueron perdiendo prominencia y sufriendo el abandono y los cuales se volcaron en apoyo a Trump en las elecciones del 2016. Esa clase obrera tradicional envejeció o dejó de serlo y abandonaron al laborismo, sobre todo por el apoyo de éste -- y del anterior líder, Jeremy Corbyn-- a la permanencia en la Unión Europea y su oposición al Brexit, al que ven como una forma de liberarse del “yugo de Bruselas” y poder recuperar su país.
En España sucedió algo similar este 4 de mayo. El Partido Popular conservó el gobierno en Madrid y derrotó al PSOE y sus aliados como U. Podemos, en el “cinturón rojo” de esa gran ciudad. En zonas como populares o “de bajos ingresos”, como Tutuam, Villaverde, Ballecas y hasta en Lavapies donde surgió Podemos en 2014, el PP derrotó o quitó votos al PSOE y la coalición. En total, el PP ganó el 44.%% de los votos y el PSOE sólo 16.9% ; debajo de Más Madrid ( la derecha de la izquierda y cabeza del “progresismo” Eurpeo en España) que ganó un 17.0% y , finalmente, U. Podemos que ganó sólo un 7.2%. El líder de U. Podemos, Pablo Iglesias, se retiró del liderazgo de su partido y de la vida política después de esta aplastante derrota. Isabel Díaz Ayuso hizo algo parecido a lo de Boris Johnson en Inglaterra. Ofreció soluciones simples a los problemas como la pandemia del Covid, oponiéndose a los cierres totales de la economía y la vida de la gente ordenada por el gobierno central y,sobre todo, oponiéndose el plan del presidente Pedro Sánchez, de imponer un peaje o cuota a todos los caminos y carreteras estatales en todo el país y , además , a reducir algunas facilidades fiscales a la clase media cuando se pagan el Impuesto sobre la Renta de Personas Fisicas. Un plan que Sánchez envió a Bruselas, para poder hacer que España fuera merecedora de un rescate financiero para un “plan de recuperación post Covid” con un préstamo de 140 mil mde.
En conclusión: Después del derrumbe del sistema financiero europeo en 2008, la crisis que generó no se ha resuelto y no se resolverá si se continúa bajo los lineamientos de la “troika” (UE, BCE y FMI). La continuación de estas políticas sigue destruyendo a las naciones y la inconformidad sigue y crece día a día. La izquierda no tiene respuestas pues no ha sabido presentar o concebir una alternativa. La derecha lo sabe muy bien y ha decidido entrarle al pupulismo inmediatero y seguir trabajando para la Troika.