Una madre y viuda regiomontana le dijo en alguna ocasión a su hijo:
_Hijo, ya tienes veinticuatro años, es hora de engrandecer el futuro.
En vida, tu padre hizo buenas amistades, ve a ver a uno de sus amigos ricos y pregúntale cómo ha podido serlo.
El joven busca al amigo rico de su padre y concertó una cita durante la cual le inquiere directamente:
_¿Podría decirme cuál es el secreto de su éxito?
_Con gusto, fui muy amigo de tu padre y te lo diré. Es una historia muy larga y, viendo que el joven no traía papel y lápiz para escribir, le dijo: apaguemos la luz, no vale la pena gastar electricidad si no es necesario.
Al escuchar eso, el joven le dijo:
_Ya no hay necesidad de que me diga nada, ya me lo dijo todo. Gracias