11/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Septiembre 6 de 1847: Rompe unilateralmente el ejército invasor norteamericano una tregua que había propuesto a México, cuando había avanzado hasta llegar muy cerca del corazón de la República mexicana. En el breve tiempo que le dio a sus tropas para descansar, Estados Unidos, por conducto del representante plenipotenciario Nicholas Trist, planteó que nuestro país debería aceptar rendirse y entregar Texas con el nuevo límite hasta el río Bravo en vez del río Nueces, más los territorios de Nuevo México, las dos Californias (Alta y Baja) y permitir libre tránsito por el Istmo de Tehuantepec.

De ese planteamiento, a pesar de saberse prácticamente derrotado, México aceptaba rendirse y entregar Texas, pero sólo hasta el río Nueces. Mientras, se preparaba para el final de una pelea muy dura y desigual, pues los derrotes en Lomas de Padierna y Churubusco habían desilusionado a la Nación y, por otra parte, engordado la idea de Polk de dejar que el general Winfield Scott continuara avanzando pues sus victorias habían sido más contundentes que las calculadas. El armisticio había sido había sido planteado y aceptado durante los días 23 y 24 de agosto, según versión del historiador Martín Quirarte, en su “Visión panorámica de la historia de México”. Ya con el agua hasta el cuello, el general López de Santa Anna, responsable de la defensa frente a la invasión, se aplicó desde el 21 de agosto hasta el 6 de septiembre a levantar la moral del ejército mexicano y a preparar la resistencia final. Hasta la prensa mexicana dejó de criticar al gobierno mexicano y los pleitos por el poder cesaron momentáneamente al entender que se estaban haciendo pedazos entre los mismos mientras los invasores hacían de las suyas pues ya se veía que iban por todo el territorio nacional, no sólo por la mitad. Hoy recordamos que EUA rompió las negociaciones y retomaron la ofensiva el 8 de septiembre con el asalto a la Ciudad de México, empezando con la batalla de Molino del Rey. Es una pena recordar esta estrepitosa derrota militar, pero es necesario que hagamos conciencia de la necesidad de no dividirnos; en este país no existen fifís y chairos, sólo hay mexicanos.