Según cifras del INEGI y otros organismos, México ha aumentado sus exportaciones totales en 17% en abril de este año (donde llegaron a 37,181 millones de dólares (mdd) un 9.2% en marzo; un 12.5% en febrero, un 12% en octubre del 2017 y un 3.3% en septiembre de ese año. Durante todo el 2017 las exportaciones crecieron un 9.5% pues llegaron a 409 494 mdd. Un éxito total para la política exportadora del gobierno de EPN que ve en ellas el único motor del “desarrollo” nacional.
Sin embargo durante el 2017 el crecimiento del PIB fue de sólo 2.0% y dentro de él, el sector industrial decreció un –0.6%. En este año 2018, en el primer trimestre el crecimiento en relación al último del 2017 (que fue de sólo 0.8%), fue de sólo 1.1% y en relación al año anterior de 2.3%. Dentro de la industria la minería cayó --9.8%.
¿Cómo es posible que un país que exporta tanto tenga una economía a la baja? Muy sencillo: El sector exportador crece a costa de los no exportadores, el país se desangra por esa vía. La industria de la construcción acumuló 24 meses sin crecer y acumuló un 10.2% de caída hasta este año donde logró crecer un 1.5% este último trimestre. La construcción no crece por el impacto de las devaluaciones que aumentan los costos de la maquinaria y los insumos y se hacen para aumentar las exportaciones pues venden más con un peso devaluado en más de un 40% desde el 2013 al 2018 al pasar de un rango de entre 12 y 13 pesos por dólar a uno de 18 y 20 pesos por dólar.
Eso se aplica para el resto de las ramas industriales. Otro “factor” que favorece a las exportaciones y sacrifica al país son los bajos salarios. Mientras países como EU, Taiwán o Corea del Sur pagan salarios mínimos por encima de 10 dólares la hora, en México el salario es de 88 pesos (unos 5 dólares) diarios. Pese a eso, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasamin) no permitió un aumento de ese salario en este mes de mayo, un aumento que la propia organización empresarial Coparmex propuso en 98 pesos diarios. 7.8 millones de mexicanos que viven con esa cantidad fueron condenados al hambre, mientras una gran mayoría de los demás trabajadores, más de un 68%, sobreviven con menos de 3 salarios mínimos.
La ONG, Acción Ciudadana Contra la Pobreza denunció que la Conasami, parte de la Secretaría del Trabajo, era “inmoral” al prohibir el aumento de salarios y que el gobierno usaba los bajos salarios como un imán para la inversión extranjera”, cuya mayor parte va dirigida a la industria exportadora.
Ni siquiera el gobierno se beneficia de estas exportaciones pues durante el 2017 los ingresos por impuestos como el ISR y el IVA cayeron 3.2% y 4.3% y la recaudación por impuestos a la gasolina sufrió una caída similar y los ingresos totales cayeron un --3.7% como resultado de la caída del consumo de los mexicanos al interior del país y la deuda total del gobierno federal superó ya los 10 billones de pesos. Consecuentemente el gobierno aplicó recortes al gasto principalmente en materia de inversión en obras públicas las cuales cayeron un -- 26.6% al suspenderse diferentes obras y proyectos que, como explicábamos arriba, esos recortes castigan duramente a la industria nacional.
El gobierno logró, con estos recortes, un superávit de 1.4% del PIB parte fundamental de las exigencias de los acreedores bancarios. En síntesis: El boom exportador del país se sostiene en base a un peso devaluado, el desplome de la industria nacional, de las obras públicas y de los ingresos de la población y el aumento del hambre y la pobreza y, por lo tanto de la violencia y el crimen.