Tiene razón Andrés Manuel López Obrador cuando dice que el resultado de la liberalización del precio de la gasolina puede ser "aterrador" para los mexicanos y que puede desatar el "colapso" de la economía de las familias. Obviamente, como él mismo lo explica en su video, la creencia de que esa liberalización va a traer una baja en el precio de que el alza de precios solo impactará a los que tiene automóvil es una "creencia tonta" de los funcionarios de gobierno educados en el ITAM como también es una tontería la afirmación de Enrique Peña Nieto de que esa liberalización "va a traer inversión" al país con "nuevos actores que no son Pemex".
En realidad además del alza de precio casi automática en las gasolinas y un alza similar en los demás productos y servicios puesto que todo se transporta en base a combustibles, la propia sobrecarga de los ductos, almacenes e instalaciones portuarias de Pemex, que son los únicos que existen y se van a utilizar por parte de las empresas extranjeras que vengan a vender gasolina a México, va a generar un gigantesco "cuello de botella" que paralizara el suministro de gasolina y generará el caos. Hay que agregar a este cuadro el panorama más amplio de lo que estará ocurriendo en México en el 2017.
Por un lado el alza constante de las tasas de interés debido a la decisión de la Reserva Federal de los EU de hacer al menos cuatro alzas en ese próximo año a sus tasas. Las cuales generarán una alza casi automática por parte del Banxico aumentando las deudas y el pago de intereses de millones de usuarios de tarjeta de crédito, de préstamos de nómina o de otros créditos para consumo o vivienda, y de las empresas y el propio gobierno. Al mismo tiempo el peso se irá devaluando debido a que cada aumento de las tasas hay un episodio de fuga de capitales que "debilita" al peso mexicano. Si agregamos a esto los recortes en el gasto público y su efecto sobre el bajísimo crecimiento que se espera ---solo un aumento de 1.6% del PIB según los "expertos" que consulta Banxico en su última evaluación--- el país va a entrar al infierno de la hiperinflación y a un muy probable caos político.