Parroquia del Carmen, San Jerónimo
En el largo proceso de desarrollo de Monterrey, previo al crecimiento de la mancha urbana que abarcó toda la comarca de la Ciudad, existieron pequeñas zonas con impulso propio. Comunidades rurales que sobrevivían gracias a sus actividades primarias, no necesariamente del ramo o complementarias a la vocación general citadina. Un ejemplo es San Jerónimo, comunidad ubicada por la salida a Saltillo, en donde se sembraban rosas y otras flores de invernadero y además se extraía tierra del Río Santa Catarina para la fabricación de macetas.
En esta pequeña comunidad, entre el camino a Saltillo y el Río Santa Catarina, en el año de 1896 se construyó una pequeña Capilla dedicada a la devoción a María Santísima, que era parte de la parroquia de la Purísima Concepción, atendida por sus sacerdotes, aunque más bien era un lugar para que los viajeros pasaran a persignarse como protección en su trayecto.
Muy pronto, en 1901, el crecimiento de esa parte de la Ciudad hizo que el padre Viramontes viera la necesidad de construir un templo de mayores dimensiones e inició su edificación. Treinta y ocho años después, en 1939, comenzó a llamársele la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, esto debido a que unos vecinos regalaron una imagen de esa advocación mariana.
A partir del año de 1951 se inauguró frente al templo de Nuestra Señora del Carmen el Colegio Mexicano de las Madres del Verbo Encarnado, desde ese entonces el templo dio servicio al Colegio y su vicario era a la vez Capellán de las madres y del Colegio.
El 23 de julio de 1953 el arzobispo Alfonso Espino y Silva colocó la primera piedra del actual Templo terminándose su construcción el 21 de septiembre de 1965. Pero desde el 4 de julio de 1962 fue elevado a Parroquia y dentro de su territorio estaba toda la zona llamada San Jerónimo y la colonia del Valle en el vecino municipio de San Pedro Garza García.
El 31 de Mayo de 1977 fue nombrado párroco el Padre David García Limón, uno de los promotores de la llamada Renovación Carismática del Espíritu Santo, comúnmente llamados carismáticos. Ellos buscan la acción directa del Espíritu Santo para la obtención de milagros, y a partir de entonces se celebran misas de sanación a las que acuden todo tipo de enfermos. Algunos llegan en ambulancia a la puerta de la Iglesia y el sacerdote sale a bendecirlos.
La feligresía crecía tanto que en los años 80 del Siglo XX hubieron de fundarse otros templos cercanos como San Jerónimo de Monterrey, y Fátima en Colonia del Valle en Garza García. A esta Parroquia del Carmen le disminuyó el número de asistentes, sólo los devotos de esa advocación mariana, los asistentes a una capilla de velación particular vecina cuando se oficia misa de cuerpo presente con gran asistencia, transeúntes, y la numerosa comunidad carismática. Sin embargo, la llegada del siglo XXI trajo nuevos edificios de departamentos y muchos de sus habitantes asisten a misa, regresando de nuevo las misas de cupo lleno.
Parroquia de San Jerónimo en Monterrey
La Iglesia Católica se organiza en forma territorial buscando que cada determinado grupo de feligreses tenga acceso a un templo cercano. Lo mismo sucede con los servicios religiosos, y el Templo de San Jerónimo es un ejemplo. La zona residencial de San Jerónimo que incluye varias colonias creció mucho y en paralelo sus necesidades espirituales. Durante los años setenta del siglo pasado, en la casa particular de la familia Saldaña por la calle Emilia Prado Bazán, colonia Colinas de San Jerónimo, oficiaban misas dominicales el padre Calderón y otros sacerdotes de la Iglesia de Lourdes, colonia Vista hermosa.
Con las limosnas recogidas en esas misas, en un predio municipal de la calle Antonio Caso se levantó una palapa en la que se ofrecía misa, para después construirse los salones parroquiales donde se daban clases de catecismo y otros servicios religiosos. Hasta que en los años ochenta se construyó un templo formal de corte modernista y diseño casi piramidal -con cierto aire a la Basílica de Guadalupe- dando frente a la calle de Antonio Caso y con estacionamiento por Paseo de los Fresnos.
Este bello Templo de Monterrey se convirtió muy pronto en Parroquia. Su primer párroco fue el padre Xavier Oseguera, después llegó el padre y arquitecto Jorge González, que hoy oficia misa en Corpus Christy, quien le dio un fuerte empuje, y hoy día el párroco es el presbítero Juan Ángel Acosta, sacerdote de estilo místico que ha llevado a esta Iglesia a un nivel de asistencia de 8 mil feligreses entre las misas de sábado y domingo.
Parroquia del Carmen, Urdiales
La devoción a la Señora del Carmen es una de las más antiguas y socorridas del mundo, por ello no debe extrañarnos que en Monterrey haya varios templos dedicados a ella. En la actual Colonia Urdiales, que antiguamente fue un centro agrícola y ganadero, en el año de 1876 el obispo Francisco de Paula Verea y González inició la construcción de un Templo dedicado a esta devoción, ubicado por la calle Pico de Orizaba, que se terminó 20 años después.
El Templo estaba en jurisdicción eclesial de la parroquia de La Purísima Concepción. Constaba de una nave en forma de cruz latina con un pequeño crucero, con techumbre de madera que simulaba una bóveda de cañón. En la actualidad a pesar de algunas remodelaciones y obras de mantenimiento, la descripción de este Templo es prácticamente la misma.
En unas columnas adosadas a los muros existen diez efigies con el rostro de Jesús Cristo con su corona de espinas. La nave del Templo tiene ventanas en cada muro lateral y sus materiales predominantes son sillar, piedra y madera. En el coro hay un barandal de madera y al centro está el escudo con las siglas de La María Virgen.
La fachada tiene una puerta con forma en arco de medio punto, rematado también con el escudo mariano. A los lados hay dos nichos en donde seguramente estuvieron dos imágenes, que ahora ya no existen. No tiene campanario, pero sí hay una espadaña con tres vanos o espacios para colocar las campanas, y todo el conjunto está rematado por una cruz metálica.
La capilla de Nuestra Señora del Carmen quedó en 1950 bajo la jurisdicción de la Parroquia de nuestra señora del Refugio en la colonia Mitras, pero cinco años después, en 1965, pasó a formar parte de la jurisdicción de la parroquia de San Isidro Labrador. Fue hasta 1987 cuando el décimo arzobispo de Monterrey, Adolfo Suárez Rivera elevó este Templo al estatus de Parroquia, y su jurisdicción abarca la colonia Urdiales y parte de la colonia Mitras.
Parroquia de San Antonio de Padua
En la calle de Luis Quintanar de la colonia Progreso, desde el año de 1940 existía una sencilla Capilla de Madera con techo de lámina atendida por el Cura de la Parroquia de La Purísima Concepción.
En 1945 el párroco de la Purísima Job de la Soledad García Gil promovió la construcción del templo de San Antonio de Padua. El arzobispo Guillermo Tristchler y Córdova creó la Vicaría Fija de San Antonio de Padua en 1950, y el Templo fue concluido e inaugurado el 5 de Febrero de 1951.
Casi de inmediato, al año siguiente de 1952, se le elevó al grado de Parroquia de San Antonio de Padua. Para 1970 el Templo fue remodelado renovándose el Presbiterio, el Altar, y la Sacristía. Su uso intenso debido a las altas concurrencias dominicales, para 1992 se tuvieron que modernizar sus oficinas administrativas.
Parroquia de Santa María Goretti
Enclavada en una zona de tolerancia de los años cuarenta del siglo pasado, ubicada en el cruzamiento de las calles de Bernardo Reyes y Miguel Nieto, donde estaba una pequeña glorieta colindante con las vías del ferrocarril, se construyó una capillita -un humilde cuarto de madera- con techo de lámina de dos aguas, al lado de un mezquite que servía de campanario. Atendía a esta pequeña Capilla el mismo vicario de San Antonio de Padua. Se consideraba un oasis en el desierto de la fe al ser un barrio de semejante naturaleza.
En el año de 1950 inició la construcción de un Templo con características especiales pues por sus crecientes necesidades siempre hay necesidad de remodelarlo. Su arquitectura es moderna y pragmática, los espacios sagrados conservan los requisitos litúrgicos, pero como pocas Iglesias cuenta con un área para 120 lavadoras y secadoras, cocina industrial, comedor, refugio, y enfermería. Esto es gracias a que en diciembre de 1957 llegó el padre Roberto Infante como tercer vicario ecónomo y el arzobispo Alfonso Espino y Silva elevó la Capilla al nivel de Parroquia, siendo el padre Infante su primer párroco, durando en el puesto hasta el año 2001. En su ardua labor fue ayudado por vicarios como Antonio Ascencio Ramírez y Benito García Rivas.
Desde que llegó el padre Infante estableció el primer viernes de cada mes para la adoración nocturna del Santísimo Sacramento. Y cuatro años después, el 27 de junio de 1961 inició el servicio del Comedor Parroquial de Pobres -el Comedor de los Pobres- que hasta la fecha funciona, en salón anexo al Templo de Santa María Goretti. El Comedor de los Pobres da servicio a cualquier persona, sean prostitutas, indigentes o migrantes, que es el segmento de población que más se acerca a estas instalaciones religiosas.
En el propio Templo se atienden más de 120 personas diariamente y se han instalado Comedores de los Pobres del Padre Infante en García, Escobedo y Guadalupe, sirviéndose en total 12 mil raciones de alimentos diariamente.
Toda esta magnífica obra del padre Infante era catalogada por la Iglesia Católica, como obra personal, encomendada a una persona y que con ella muere. Contrario a las obras institucionales encomendadas a Órdenes religiosas que perduran a través del tiempo. Sin embargo, la obra del padre Infante ha sobrevivido gracias a la Asociación civil-religiosa Casa INDI, Comedor de los Pobres que en el año de 2018 atendió a 91 mil personas, siendo considerada como una de las obras de caridad (civiles o religiosas) más grandes del mundo.
Fuentes
https://www.arquidiocesismty.org/
http://www.sanjeronimomty.org/
http://www.carmenurdiales.org/
https://www.parroquiadelcarmen.org/
http://www.parroquiagoretti.com
http://www.sanantoniodepaduamty.org/
