Abril 23 de 1883: El Congreso de la Unión elige al ex presidente Porfirio Díaz Mori como magistrado número uno de la Corte, cargo que nunca ejerció. El presidente Manuel González Flores, que ejerce desde 1880 hasta 1884 , no sabía qué hacer con su antecesor, compadre y padrino político: lo nombra ministro de Fomento, pero Díaz renuncia al mes de serlo, sustituyéndolo el general Pacheco.
Luego lo hace gobernador de Oaxaca en 1881, cargo que ya había tenido anteriormente en dos ocasiones, y termina en 1882, para volver a ser gobernador de diciembre de 1882 a enero de 1883 y tres meses después lo propone como Magistrado Número Uno pero Díaz nunca se presenta a rendir protesta. Don Porfirio había perdido a su esposa Delfina Ortega en abril de 1880, misma que sustituye en 1883 con Carmen Romero, hija de Manuel Romero Rubio, con quien construye una gran amistad durante un viaje a Estados Unidos, algo que le ayuda mucho al ambicioso político general Díaz.
Así que cuando se llega el tiempo de elegir nuevo presidente, en 1884, Manuel González cumple con su trato de allanar el camino para que Díaz arrase en las elecciones, con más de 15 mil votos, contra 289 de todos los otros candidatos juntos. Es que descartados los demás grupos, sólo quedaban entre los hombres de armas: Trinidad García de la Cadena y el nuevoleonés Jerónimo Treviño, pero más como agentes de la inconformidad que como aspirantes reales a la Presidencia de la República. Entre los civiles estaban: Ignacio L. Vallarta, y Vicente Rivapalacio, pues del grupo gonzalista en el poder, no había nadie con tamaños para competir con el ex presidente Porfirio Díaz, ni siquiera Ramón Fernández, que estaba al frente del Distrito Federal, asesorado por José Ives Limantour, pero en realidad nunca prendió como una figura presidenciable. Así que lanza su candidatura Díaz y la prensa incómoda –que siempre ha existido- cambió el lema de “Sufragio efectivo, no reelección” por “Sufragio efectivo no, reelección”.
Al margen de que algunos grupos le criticaban, Porfirio Díaz llegó con facilidad a la Presidencia porque el país estaba hastiado del régimen de Manuel González, que había hecho tropelías evidentes y un gobierno proclive a las concesiones a empresas extranjeras. Desde el 1 de diciembre de 1884 hasta el 25 de mayo de 1911, Porfirio Díaz fue presidente de México, pero ya había sido en 1877 interino y luego Presidente Constitucional en 1880.