10/Oct/2024
Editoriales

El Petróleo y el Carbón

Alegaré en el presente artí­culo que: La propiedad nacional de todos los yacimientos del subsuelo es cada vez más necesaria y no sólo en México, sino en todo el Mundo; Pero que su explotación por el Estado no es necesaria ni conveniente, sino que puede o debe concesionarse a empresas privadas bien supervisadas.

Carbón hay poco en México, sólo en el norte del Edo. de Coahuila, pero petróleo hay en mucho, aunque en cantidad fluctuante: Pero en el resto del mundo hay más carbón, aunque es mayormente utilizado cerca de donde se extrae, principalmente para la fundición de fierro y acero, por lo difí­cil y caro que es transportarlo. El petróleo, en cambio, aunque produce poco menos de la mitad de la energí­a térmica, es mucho más importante estratégicamente, por la facilidad con que se transporta, ya sea por oleoductos, barco-tanques, vagones de FFCC o camiones-pipa. Estos dos combustibles fósiles se han venido quemando a gran escala desde hace unos 200 años y han descargado tanto bióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, que ya están produciendo un efecto invernadero, el cual está calentando la atmósfera de nuestro Planeta Tierra.

En breves dí­as estaremos celebrando que desde hace 100 años nuestra Constitución, en su Art. 27, declara que todos los yacimientos del subsuelo son propiedad de la Nación; Y aunque el Presidente Obregón negoció en 1923 con las compañí­as Anglo-Holandesas y Norteamericanas que no se les aplicarí­a este Art. a las que se les habí­a otorgado su concesión antes de 1917, 15 años después, en 1938, el Presidente Cárdenas sí­ se las aplicó: Pero también dio un paso más, no obligatorio: Les nacionalizó sus propiedades y fundó una empresa estatal (PEMEX) para ocuparse de todas las operaciones del petróleo: Su exploración, extracción, refinación y distribución.

¿Fue acertada esta decisión de fundar PEMEX en 1938? Yo opino que sí­ y por las mismas razones que creo que también fue acertado el Reparto Agrario en La Laguna y en Yucatán, aunque mi familia resultó perjudicada con ello y aunque luego resultaron ser un fracaso económico ambas empresas paraestatales: El Banco Ejidal y PEMEX. Pero ambas ayudaron grandemente a que muchos integrantes de nuestras clases campesina y obrera superaran un complejo de inferioridad que les habí­an imbuido 4 siglos de estratificación social y se pudieron demostrar a sí­ mismos su valí­a y su capacidad; Aunque, luego de un tiempo, también se dieron cuenta de que una democracia "clientelar" o "dirigida" inevitablemente cae en malignas corruptelas.

Viendo el panorama histórico, podemos apreciar y felicitarnos del hecho de que México haya sido el primer paí­s atrasado que se irguió ante las empresas y la amenazante diplomacia del Primer Mundo, actitud que hasta después pudo ser imitada por los demás paí­ses del Tercer Mundo: Fue hasta Dic. de 1943 cuando el Presidente Roosevelt, aprovechando su visita a Teherán de "Los Tres Grandes" a su regreso, se reunió en El Cairo con Rey Ibn Saud de Arabia y acordaron en formar la ARAMCO para explotar en conjunto los riquí­simos mantos petroleros árabes. En 1951 el Primer Ministro Iraní­ Mossadegh quiso nacionalizar su industria petrolera, pero tanta presión hicieron el RU y EUA sobre el Sha, que éste tuvo que correr a Mossadagh y la nacionalización se difirió hasta 1981, con la subida de los Ayatolas. Después de eso, ya todos los paí­ses en los que se siguieron asentando compañí­as petroleras, les fueron exigieron que su gobierno tuviera alguna injerencia en la manera de explotar sus yacimientos: Y eso es sólo el pasado, pues en el futuro, con el cada vez más grave problema de la contaminación atmosférica ya no sólo irá exigiendo que se respeten los requerimientos nacionales a largo plazo, sino cada vez más los derechos de toda la humanidad, de manera que el problema no podrá ser efectivamente controlado hasta que la extracción, transporte y utilización masivos del petróleo y el carbón queden a cargo de de un organismo mundial, en el que todas las naciones les hayan cedido la parte de su soberaní­a que se requiera, para un manejo eficiente, obligatorio y cientí­ficamente controlado de la energí­a térmica de este Planeta. Atte.- JVG.- 01-02-17