21/Nov/2024
Editoriales

LO QUE IMPLICARIA LA FUSION BAYER-MONSANTO

Bayer AG, la compañí­a gigante alemana de productos quí­micos y semillas (conocido como Bayer CropScience) con un nombre farmacéutico legendario, anuncio su intención de apoderarse de Monsanto, también un ogro agroquí­mico y de semillas, con sede en Estados Unidos, con un costo de $66 mil millones de dólares.

Los dos forman parte de un cartel muy cerrado con muy pocas entidades —ahora en proceso de fusiones terminales— que ha dominado el mundo de las semillas y genética de cosechas en los últimos 40 años, NO para ofrecer a los agricultores productos limpios y seguros y una buena bí­ociencia, sino porque desde los 1970 han estado lucrando con el cambio ilegal en la ley de patentes de Estados Unidos en ese entonces, con lo que se permitió que se les concediera a las mejoras de ingenierí­a genética en las caracterí­sticas de las cosechas el estatus de "patente industrial". En otras palabras, esas compañí­as son "dueñas" de las cepas GMO de los cereales, algodón, frijoles y otros productos básicos. Si quieres estudiar o plantar sus semillas o caracterí­sticas patentadas, tienes que pagar costos y cuotas por licencia o de otra forma enfrentas la ruina judicial y financiera.

La nueva compañí­a Bayer-Monsanto controlará alrededor del 25% de todas las semillas y los pesticidas para cosechas del mundo, si el mega acuerdo libra todos los obstáculos regulatorios.

Otro prospecto de megafusión de gigantes agroquí­micos es la de Dow Chemical con Du Pont (que se tragó a semillas Pioneer Hi-Bred en 1999). Se espera que para antes de fin de año, la Corporación Nacional Quí­mica de China (ChemChina) se apodere, pagando $43 mil millones, del gigante restante, Syngenta, con sede en Suiza (que se remonta hasta Novartis y Zeneca, y en 1997 hasta la fusión de Ciba-Geigy y Sandoz).

Este último mega acuerdo podrí­a ser potencialmente positivo, bajo el cambio de paradigma mundial. Si ChemChina se adhiere a la prioridad de China de alimentar a la población, en contraste con la actual prioridad de Occidente de las mentadas "fuerzas del mercado", que es crear una nueva soya más aceitosa para usarla como biodiesel; la nueva capacidad de investigación y desarrollo de ChemChina y Syngenta se puede utilizar en mejoras provechosas para las cosechas; incluso pueden empezar la destrucción de la era de los "derechos de patente"en los alimentos.

Esto requiere identificar el verdadero mal, que NO es la biotecnologí­a como tal, sino el hecho de que la pandilla de los carteles de Wall Street y de Londres se han apoderado de las biociencias y de la investigación y desarrollo agrí­cola. Los grupos de presión genocidas verdes han fomentado un temor supersticioso a los GMO entre la población, como una distracción al verdadero crimen que es el control ilegal de los medios de vida.