11/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Diciembre 28 de 1936: Muere en Ciudad de México de una vieja afección, el general de brigada neolonés Heliodoro Pérez Treviño. Nació en Lampazos de Naranjo, en el hogar de José María Pérez García y Cipriana Treviño, sus abuelos paternos fueron Máximo Pérez y María del Jesús García, y sus abuelos maternos, Andrés Treviño y Gertrudis Garza. Estudió sus rudimentarias letras en su pueblo, y desde 1911 participó en la revolución desde su trinchera que era su lugar de trabajo: el telégrafo de la Estación de Paredón, Coahuila, para luego combatir con las armas en varias batallas en el estado de Coahuila. A la caída de Porfirio Díaz regresó a su empleo de telegrafista. Sin embargo, los hechos criminales de Victoriano Huerta le molestaron sobremanera y retransmitió por telégrafo a todos los partidarios del asesinado presidente Madero, el Plan de Guadalupe del gobernador Venustiano Carranza, para levantarse en armas en contra del usurpador Huerta. Inmediatamente después, en 1913, a sus 23 años de edad se incorporó a la corriente revolucionaria constitucionalista de Carranza, a las órdenes, primero, del general Jesús Carranza, luego del general también lampacense Pablo González, y finalmente de Francisco Murguía. Lo acompañó hasta 1920 así como en su “Calvario” y expedición revolucionaria de 1922, participando a nivel nacional en batallas en Jalisco, Michoacán, Aguascalientes y Estado de México. Llegó a ser general de brigada en mayo de 1917, pero la muerte de Carranza en Tlaxcalantongo, y luego el fusilamiento de Murguía el 1º de noviembre de 1922, le llevó a vivir en forma paupérrima en Ciudad de México, pero jamás intentó siquiera traicionar a Carranza ni a su jefe Murguía, a pesar de que quienes los habían ajusticiado le enviaron ofertas atractivas de posicionamiento en su corriente política. 

 

 Pudo librar una condena a muerte por el delito de rebelión, sólo que de última hora, la Primera Sala Militar revocó la sentencia por falta de pruebas. Una vieja afección que lo encamaba seguido se le exacerbó y luego de 16 años de infortunios, murió a los 46 años de edad. Heliodoro Pérez Treviño fue uno de los grandes revolucionarios lampacenses.