26/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

 

Julio 28 de 1928: nace en Agualeguas, Víctor Gómez Garza, quien sería contador público ejemplar y tesorero del estado durante varias administraciones. A la edad de quince años se mudó a la Ciudad de Monterrey, pero nunca perdió su arraigo con su tierra natal.

Estudió teneduría de libros en la Academia Comercial "Juan García Treviño", luego estudió para Contador Privado en la Escuela de Contadores de Monterrey, y comenzó su carrera profesional que complementó muy bien con sus estudios de Contador Público en 1956 en la Universidad de Nuevo León, hoy UANL, presentando brillantemente la tesis: Análisis e Interpretación de Estados Financieros.

Fue un distinguido catedrático de esa Escuela y culminó su trayectoria académica siendo director de esa su Alma Mater -FACPYA-, de 1964 a 1967. En el ínterin fue presidente de 1963 a 1965 del Instituto de Contadores Públicos de Nuevo León. Y dos años después, en 1967, fue nombrado Tesorero General del Estado de Nuevo León, por el gobernador Eduardo A. Elizondo, honroso cargo que desempeñó con honestidad y como ningún otro neoleonés de los tiempos modernos. Su prestigio profesional, aunado al de Ramón Cárdenas Coronado y Francisco Garza Ponce, hizo de la carrera de Contaduría Pública, una de gran prestigio, abriendo las puertas a nuevas generaciones de egresados de esa área en todas las empresas y gobiernos locales. Tanto es el reconocimiento a su labor, que el gobernador Luis M. Farías, -quien sustituyó a Elizondo- le pidió que continuara en el cargo, siendo esta posición administrativa la más delicada para un gobernante y que normalmente se reserva para alguien de la absoluta confianza del primer mandatario del estado.

Posteriormente, el gobernador Martínez Domínguez le nombró también titular de las finanzas públicas del estado. Para, finalmente, de 1985 a 1991, el gobernador Jorge A. Treviño igual le confió la administración de los caudales públicos. En 1990 el Gobierno del Estado le dio la Medalla al Mérito Cívico. Don Víctor tuvo una vida plena de satisfacciones, pues disfrutaba trabajar sin más descanso que visitar su rancho en Agualeguas una día a la semana. Todo aquel que iba a la Tesorería del Estado a realizar algún trámite y solicitaba verlo, siempre lo atendía. Su capacidad profesional y su don de gentes ayudó mucho a solucionar las recurrentes crisis económicas que han sufrido las finanzas estatales. En lo personal guardo gratos recuerdos de don Víctor, pues su apoyo fue determinante para consolidar el patrimonio del Colegio de Ingenieros Civiles de Nuevo León, que entonces yo dirigía. Don Víctor Gómez Garza, "El Tesorero del Estado" murió en octubre de 1999.