Octubre 31 de 1810: Entran a la ciudad de México, José Mariano Abasolo y José Mariano Jiménez, para entregar al virrey un pliego petitorio de los insurgentes. Acababa de terminar la Batalla en Monte de las Cruces, donde los insurgentes tuvieron una victoria importante y además se quedaron con los pertrechos y armamento del ejército realista que, derrotado, se dispersó y huyó a la ciudad de México. El 22 de octubre anterior, en Acámbaro, se había constituido el ejército insurgente y el cura Hidalgo fue nombrado generalísimo de los ejércitos de América, así que su primera victoria importante era ésta, la de Monte de las Cruces. Morelos se acababa de incorporar recibiendo la misión de parte de su maestro Hidalgo, de sublevar la costa del sur, y en Maravatío se incorporó también Ignacio López Rayón como secretario particular de Hidalgo. El virrey Venegas, que había puesto precio (diez mil pesos) a las cabezas de Hidalgo, Allende y Aldama, no se rindió ante el ejército insurgente pues esperaba refuerzos de un momento a otro, y el cura Hidalgo optó el día primero de noviembre por no atacar a la ciudad de México. Este fue desde luego un error estratégico, según análisis actuales, pues de haber conseguido dominar la capital, el derrotero de la guerra de independencia hubiese cambiado. Los problemas entre Hidalgo y Allende fueron originados precisamente por la decisión de no atacar a la Ciudad de México. La guerra de independencia nacional es una parte de nuestra historia que debemos seguir estudiando, a pesar de que mucho se ha escrito al respecto, pues siempre hay puntos de vista diversos y aparecen nuevos documentos en los archivos públicos y privados de las regiones que participaron activamente en ella.
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