Cuando los economistas discuten acerca de la forma que tendrá la recuperación de la economía, si la de una “V”; o la de una “U” etc., parece un juego supersticioso, como tratar de consultar a los astros sobre el futuro. A la economía la mueven los seres humanos y sus decisiones son las que las dirigen en tal o cual sentido. Por eso, si en México se quiere recuperar los 12 millones de empleos que se perdieron por la pandemia Covid, 1.2 millones de ellos empleos formales; o si los Estados Unidos va a recuperar los 9.5 millones de empleos que perdió, o si el mundo entero recuperará los 500 millones de empleos que perdió; entonces se tienen que tomar las medidas necesarias para lograrlo. En los EU ya se han dedicado 3.2 trillones de dólares en “beneficios” por la pandemia Covid-19. De ellos al menos 1 trillón ha sido dedicado a personas en lo individual ya que los tres programas de beneficios; el de marzo 2020, el de diciembre 2020 y el de marzo 2021, incluían 1200, 600 y 1400 dólares por persona adulta en las familias de menos de 75 mil dólares de ingresos al mes; más apoyos de 400 o 330 dólares en ayuda semanal a desempleados. El resto, casi 2 trillones de dólares fueron destinados, supuestamente, a empresas y negocios, sólo que administrados por los bancos y fondos de depredadores, Black Rock principalmente. Es previsible un aumento hasta de un 10% de la deuda del gobierno y un posible efecto inflacionario de toda esa inyección de dinero que se suma a los “rescates nocturnos” de los bancos “muy grandes para quebrar” o “bancos sistemáticos” que han recibido varios trillones de dólares también desde su quiebra en el 2009. Aquí en México, el Banco de México ofreció 750 mil mdp en ayuda a corporativos y empresas aunque fueron rechazados en su mayoría por temor al endeudamiento. Alejandro Werner, director para el hemisferio norte del FMI, criticó al gobierno del presidente AMLO por no contratar más deuda, habiendo “bajas tasas de intereses” en los mercados financieros del mundo. El gobierno decidió no endeudarse y mantener e incrementar los programas sociales como la ayuda a personas mayores y jóvenes y ofrecer créditos de 20 mil pesos a empresas y negocios pequeños por un monto de 20 mil pesos, con un total 300 o 400 mil millones dp.
De cualquier forma, son enormes los recursos que se han destinado a tratar de recuperar la economía pero en EU, por ejemplo, sólo en el sector de restaurantes, bares y centros de diversión, hace falta recuperar 3.5 millones de empleos, según reportó ayer THEWSJ. En México, del total de empleos perdidos por la pandemia, unos 12 millones, hace falta recuperar todavía unos 2.8 millones de los que ya existían. El Banco de México espera que si la campaña de vacunación avanza y se logra un acuerdo con los empresarios sobre la subcontratación laboral (outsourcing), la economía podría crecer hasta un 6.7% este año. Sin embargo, los empleos que se han recuperado son todavía más precarios que los anteriores y con salarios más bajos. En su mayoría, los trabajadores pasan de un empleo productivo a alguna actividad de reparto de alimentos o de servicios.
En Nuevo León, la candidata de la Coalición Morena-PT-PV, ha propuesto un “plan emergente” de recuperación de la economía que busca crear un “fondo de recuperación” para ayudar a los negocios y buscar “instrumentos financieros” para ayudar a los negocios y a emprendedores afectados por la pandemia. Sin embargo, destinar recursos sólo a “recuperar” la economía o a las empresas no será suficiente y Nuevo León y todo México mantendrán ese “hueco” enorme de empleos perdidos y negocios cerrados. Cuando pensamos en las montañas de dinero que se han destinado en EU a “alivios por la pandemia”, millones de millones de dólares, y en los 300 mil mdp que se han destinado en México, podemos entender que ES POSIBLE FINANCIAR UN PLAN DE EXPANSION, destinando recursos a nuevas obras de infraestructura o proyectos industriales nuevos. El Congreso podría, dada la emergencia, autorizar la emisión de CREDITO NACIONAL, respaldado por el Estado Mexicano, a empresas y al propio gobierno para la realización de esas grandes obras que servirán como locomotoras para hacer caminar al resto de la economía y al surgimiento de nuevas empresas y negocios, repitiendo la experiencia del gobierno de Pascual Ortiz Rubio, de 1932 a 1934, que logró sacar a México de la grande depresión que hundía al mundo occidental en aquellos años.
