12/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Octubre 25 de 1846: en la guerra de invasión, llegó a Villahermosa el comodoro Matthew Perry y de inmediato envió una comisión militar a exigirle al gobernador general Juan Bautista Traconis que se rindiera. El plazo que le daban era de ¡quince minutos! So pena de aplastarlos militarmente y luego ejecutar todos los sobrevivientes. La respuesta de Traconis es de antología: _Díganle al comodoro Perry que primero muerto que entregar la plaza. Tan fuerte sintieron la respuesta los invasores, que prefirieron cañonear despiadadamente a la Ciudad desde las 14 horas.

La flota de sus embarcaciones de guerra que estaban ancladas en el río Grijalva, se componía de cuatro goletas y tres vapores, con marinos expertos en combate, y traían el ánimo por las nubes luego de los triunfos obtenidos en todas partes donde habían enfrentado a los mexicanos. Pero durante toda la tarde, tras los disparos de los cañones de las embarcaciones norteamericanas, Perry envió en cinco ocasiones tropas de asalto para tomar la plaza, pero no pudieron concretarlo y se regresaron en la noche a sus barcos.  Apenas había amanecido el día 26, cuando reiniciaron los fuertes bombardeos que duraron hasta las 6 de la tarde, con la misma respuesta del Ejército Nacional. Entonces Perry volvió a enviar el mensaje de que se rindiera Traconis, siendo mediadores los cónsules de Inglaterra, Alemania y Francia., quienes recibieron una lección de nacionalismo de parte del gobernador tabasqueño, hasta que, finalmente, Perry solicitó una tregua que se le concedió, tan solo para regresarse a la Ciudad de Frontera, con el amargo sabor de la derrota pero alcanzó a robarse tres goletas mexicana, un bergantín, y un pailebot, que estaban atracadas en el muelle. La Ciudad de Villahermosa quedó muy dañada por tantos golpes de las balas del cañón invasor y abusivo, pero hoy, además de analizar esa injusta guerra, cada año disfrutamos esta narración que nos recuerda una gran batalla victoriosa para México.