El Grito de Dolores fue una convocatoria en defensa de Fernando VII el monarca destronado por Napoleón Bonaparte que invadió España desde 1808 e impuso en el trono a su hermano “Pepe", José Bonaparte. Días después del Grito de Dolores, Miguel Hidalgo se reúne con José María Morelos y toman el acuerdo de que había que defender a la “Nueva España” de las ambiciones de Napoleón Bonaparte quien se desplegaba por todo Europa financiado por los banqueros ingleses y seguramente, dicen, querrá tomar el control, de los dominios españoles en el continente, tales como las minas, las haciendas, etc. para sufragar su deuda con Londres y buscaría “exterminar a las razas morenas”. Más adelante Hidalgo cambió de parecer respecto a Fernando VII, al darse cuenta de que no se había resistido sino entregado al dominio y la voluntad de los hermanos Bonaparte. Por lo mismo, ni Hidalgo ni Morelos fueron seguidores de la llamada “ilustración Francesa” ni de esa revolución que había desembocado en el tirano Napoleón proclamándose Emperador. La inspiración de ambos fue la Revolución Americana, la única revolución triunfante del periodo que logró establecer una república, sin monarquía y sin nobleza. Las ideas de Benjamín Franklin y de George Washington eran las que inspiraban algunas propuestas y proyectos de Hidalgo y Morelos, sobre todo en lo que tiene que ver con el proteccionismo económico, el fomento de la ciencia y la cultura, contra el “libre comercio” promovido por los ingleses, ideología que otros libertadores como Simón Bolívar y el Mariscal Fco. De Miranda en Venezuela, si profesaban y simpatizaban con ellas.
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