Barack Obama llegó a Buenos Aires el 23 de marzo, en vísperas del 40 aniversario del golpe militar del 24 de marzo de 1976 respaldado por Estados Unidos, y se fue directamente al palacio de gobierno, la Casa Rosada, a reunirse con su homólogo, Mauricio Macri. En su reunión y conferencia de prensa conjunta posterior, los dos se derritieron en elogios uno al otro, donde Obama destacó que el neoliberal Macri "está sentando un ejemplo para los demás países del hemisferio" con sus reformas monetarias agresivas y elogió el "enfoque constructivo" que tenía hacia los fondos buitre.
Aunque sin mencionarlas, atacaron implícitamente la política proteccionista para construir la nación, de la ex Presidente y aliada al BRICS, Cristina Fernández de Kirchner, que los medios de Londres y Wall Street han atacado constantemente por ser "antiestadounidense" y causante de "aislar a la Argentina del resto del mundo". Obama elogió a Macri por moverse tan rápido, en los primeros 100 días, "sobre todas las reformas que él había prometido" para "reconectar a Argentina con el mundo... y tener relaciones francas y constructivas... con la comunidad mundial". Esto, dijo, "promete mejorar la influencia de Argentina en el escenario internacional" y convertirla a la vez en un líder regional.
Macri que está ocupado desmantelando la infraestructura científica del país, la industria nuclear, etc., para reemplazarla con una energía verde inservible, elogió a Obama por su liderato en el combate al cambio climático. "Yo aprendí la importancia de la agenda verde y ahora estoy comprometido a garantizar que nuestro país también tenga un papel destacado en la lucha en contra del cambio climático en el siglo 21", dijo Macri. Obama, jactándose de que ha aumentado radicalmente la cantidad de energía que Estados Unidos obtiene del viento y solar, ofreció ayudar a Argentina a desarrollar sus llamados recursos renovables.
Al día siguiente, los dos visitaron el Parque Memorial de la ciudad para rendirle homenaje a las víctimas del "terrorismo de Estado" durante y después de la dictadura militar de 1976-83. En el caso de Macri, esto es particularmente repugnante ya que él personalmente ha pedido públicamente que sean perdonados los oficiales militares encarcelados por sus atrocidades. Después de esto, Obama se fue rápido a "relajar" a la ciudad de Bariloche en la Patagonia, para que nadie lo encuentre el día de las manifestaciones masivas en Buenos Aires.