Una de las cuestiones que más “exaspera” del gobierno del presidente AMLO, a The Economist, el órgano de propaganda de los especuladores de la City de Londres, según lo deja ver en el reciente artículo contra su gobierno (El Falso Mesías ); es que pueda nombrar a un gobernador del Banco de México (BdM) que le sea a fin en concepciones económicas ( Economía Moral) y en lo que debe ser la función del Banco Central (promover el crecimiento y no sólo combatir la inflación). De hecho ya en la junta de gobierno son mayoría los que tienen esa orientación como son Gerardo Esquivel, Jonathan Heath y Celia Borja Gómez y, los egresados del ITAM como el gobernador Alejandro Díaz de León y la consejera Irene Espinosa Castellanos, ya son minoritarios, cosa que no era así hace apenas un año, pues los del ITAM dominaban con una mayoría de 3 ( antes con los 5) dentro de la junta de sólo 5. Díaz de León ejemplifica el terrible problema que significa la ideología de esa institución y el daño que le han hecho al país. En un artículo escrito a finales del 2018 (ver anexo), él afirma que durante las últimas décadas del siglo pasado, los gobiernos utilizaron a los bancos centrales en varios países para financiar “sus déficit” y para servir a “sus necesidades fiscales”, emitiendo crédito en forma expansiva; “buscando estimular la economía y el empleo”, pero provocando sólo graves crisis e inflación. Según Díaz de León esa “lección” provocó que los diferentes gobiernos del mundo empezaran a modificar sus leyes y otorgarles “autonomía” a los bancos centrales con el fin de que éstos se dedicaran exclusivamente o “prioritariamente” a vigilar el “poder adquisitivo de la moneda” y a “combatir la inflación”. En el caso de México, la reforma de abril de 1994, otorgó esta autonomía al BdM y, desde entonces; “ninguna autoridad podrá ordenar al banco conceder financiamiento” y se mantiene al margen “de las necesidades fiscales” del gobierno. Díaz de León, quien acaba de ser acusado por el presidente AMLO de autorizar un crédito la compra fraudulenta de una planta de fertilizantes por 635 mdd cuando fue director de Bancomext en el 2016; es egresado del ITAM en donde se especializó y dio cátedra en la “teoría” de diferentes formas de especulación financiera como: “instrumentos derivados financieros”; “ingeniería financiera” “opciones” y “futuros” por lo cual que fue muy galardonado según reporta su biografía en la página de BdM (ver anexo) . Esta idea de que los bancos centrales deben dedicarse sólo al control de la inflación y no generar crédito no es la idea original detrás de la creación de este banco en 1925 y, además, obliga a los gobiernos y al de México también a estar a mercede de los “prestamistas privados”, los llamados “mercados financieros” que administran el crédito como un recurso escaso que les permite imponer políticas y decisiones a alas naciones y, sobre todo, estrangular su desarrollo.
Como lo dijo Alberto J Pani, el fundador del BdeM en 1925, esa institución era el “banco emisor, principal anhelo revolucionario”, fue concebido , precisamente como eso, el órgano que proporcionara crédito para las obras de la revolución y para la industrialización del país que sacaría a México del atraso feudal, inspirado en el Banco Nacional creado por Alexander Hamilton en EU en 1791. Desde su creación se le facultó para generar crédito “hasta un 10% de su capital pagado”, según reporta el mismo Díaz de León. Pero su capacidad era mayor. Sin embargo, en cuanto J Pani dejó la SHCP; la junta de gobierno del Banco, encabezada por Alberto Mascareñas, empezó a convertir al BdM en otro banco privado consagrado principalmente a actividades comerciales como compra y venta de algodón o proyectos turísticos. El espíritu del “banco emisión” de la nación se traicionó.
De hecho, en 1929, Manuel Gómez Morín (quien después fundaría el PAN para llegar al poder político), renunció a la junta de gobierno porque el BdM estaba otorgando crédito a los cañeros y sus ingenios y a otras actividades productivas. Gómez Morin se opuso a eso y abandonó el banco, bajo la convicción de que el banco nacional no debería otorgar crédito sino sólo regular el circulante y el valor de la moneda. En 1929 y hasta 1931, cando la depresión mundial causó el desplome de las exportaciones de plata y otros minerales, la inflación se disparó y el peso plata se devaluó, la economía se paralizó y el país se hundió en la depresión.
Fue entonces que Luis Montes de Oca, titular de la SHCP (quien fundaría en ITAM en 1939, con apoyo de los Rockefeller y los Bailleres) comisionó a Manuel Gómez Morín y al consejo del BdM Luciano Weichers para elaborar la “Ley de 1931”, o “Plan Calles” para deflacionar la economía y eliminar al BdM del proceso financiero. Según lo documenta Eduardo Turrent Díaz, en su magnífica “Historia del Banco de México” (ver anexo), esa ley “la más aberrante” de cuentas se hicieron en el siglo XX, hizo lo siguiente: Mantuvo el patrón oro pero facilitó la exportación o fuga del oro hacia NY, dejando al país sin reservas de oro. Ya antes , en 1927, habían prohibido la acuñación de la plata como moneda. El país se quedó sin circulante y la actividad económica se paralizó. Pero lo peor es que al no haber moneda el papel del BdM se eliminó y una “Junta Bancaria” de banqueros y los consejeros manejaban el circulante y el sistema monetario del país. Por supuesto, las protestas de comerciantes, empresarios y sindicatos estallaron. El gabinete de Pascual Ortiz Rubio renunció y entre ellos Montes de Oca el titular de la SHCP. Calles mandó llamar a Alberto J Pani desde Europa donde cumplía una misión diplomática. Este tomo la SHCP en febrero del 1932 y decretó 5 leyes para reactivar la acuñación de moneda de plata, generar crédito y liquides y darle impulso a la economía, pero suspendió al BdM y a la “junta bancaria” o “los deflacionistas” como les llamaba, en sus funciones en la emisión de moneda “por el temor de estén imbuidos por las ideas deflacionistas” y pudieran sabotear el esfuerzo. Con el BdM suspendido, bajo la dirección de J Pani, fue la fuente de moneda y de crédito en una política de “reflación para eliminar la deflación sin causar inflación”. EL Cambio de 180 grados de Pani consistió en utilizar las reservas de plata, acuñar con ella monedas y con la “diferencia” ganancia en el valor de cada cual, proporcionar crédito a la industria y el campo mediante el sistema de “redescuento”, es decir, comprar facturas, a cambio de un muy bajo interés, sobre proyectos de producción concretos, nunca crédito para la especulación o el mero consumo. Así, la economía creció, especialmente la industria, y no hubo inflación.
En abril de 2020, El BdeM , bajo el dominio todavía con mayoría de egresados del ITAM en la junta de gobierno, puso a disposición de la banca privada, 800 mil millones de pesos para que, mediante , por ejemplo, el “reporto” y otros trucos, pudieran cambiar títulos de deuda, ya sea del gobierno o de empresas privadas, por liquides utilizando la línea “swap” que ofreció la Reserva Federal de EU para que el banco hiciera lo mismo que se hace allá en EU, el “alivio cuantitativo” con los bancos privados. Esos recursos, más de 500 mil millones dentro del total ofrecido sólo para ese fin, los bancos los destinarían a rescatar a su vez a sus clientes mayores en caso de ocurrir una parálisis derivada de la pandemia Covid- 19. La mafia monetarista del ITAM no quiere que el BdM suministre crédito a la economía vía el gobierno, pero si a los bancos y empresas privadas. Por eso debe haber un gobernador del Banxico, sin las ideas monetaristas y deflacionistas del ITAM, ellos es parte del rescate de la soberanía nacional.
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