El ex presidente de la república, Felipe Calderón Hinojosa ha estado muy activo en estos días apoyando a los candidatos de su partido a algunas gubernaturas. Estuvo el sábado en Zacatecas, el domingo en Veracruz y el lunes en Cancún donde sufrió un accidente que algunos atribuyen a su afición al alcohol; y el martes regreso a Zacatecas para seguir atacando al candidato de Morena David Monreal.
No tiene nada de particular que un ex presidente de la republica participe en los eventos de campaña de sus candidatos y que intervenga dando discursos y pidiendo apoyo para ellos. Eso es completamente normal. Sin embargo, donde el ex presidente Calderón parece no medir las cosas, es en su empeño de presentar a su gobierno como algo ejemplar, dando recomendaciones en materia de seguridad, criticando la corrupción y presumiendo de haber creado empleos y estabilidad en el país.
Todos lo sabemos, Felipe Calderón lleno de sangre al país, no toco ni un centavo de las finanzas del narcotráfico mientras decía que lo combatía en las calles, metió al país en el estancamiento y redujo el nivel de vida de la gente en un 15%, además de que aumento la deuda de 3 a 6 billones de pesos. Todo eso la indica a Felipe Calderón que debe ser discreto y permanecer callado y que lo peor que puede hacer es presumir su gobierno porque da la sensación de que ha perdido la razón o le da la razón a los que dicen-- a nosotros no nos consta--, que es un borracho.
