12/May/2024
Editoriales

Los Hospitales de Monterrey, segunda parte

 

En la primera parte estudiamos el origen de los Hospitales. Antiguamente había de dos tipos: los que practicaban la amputación, conocidos como Hospitales de sangre y los Lazaretos, que apartaban de la sociedad a los portadores de enfermedades contagiosas. 

 

Vimos un acta del año 1600 que menciona indirectamente la existencia de un Hospital en la Ciudad de Monterrey, y especulamos con la posibilidad de que fuera un Lazareto. En el siglo XVII se adecuó la casona del gobernador para ser el Hospital para pobres de Nuestra Señora del Rosario. Estudiamos cómo Monterrey fue la capital médica de las Provincias Internas de Oriente, y ahora abordaremos lo sucedido después de que Nuevo León se constituyó en Estado, es decir, luego de la Independencia nacional. 

   

Al instaurarse la federación en 1824, el único Hospital de sangre que había en el Estado se ubicaba en el edificio del actual Colegio Civil, que atendía casi exclusivamente a militares, mientras la comunidad civil era atendida por Francisco Arjona, el practicante en tiempos del comandante Arredondo que decidió no seguir a su jefe a La Habana para quedarse en Monterrey. 

 

A falta de médicos titulados, algunos ‘prácticos’ hacían sus funciones

También había algunos ‘prácticos’ que curaban, como Cornelio Vera, José Lamadrid, Antonio Mier y Marcos Ayala. Estos últimos dos eran de la familia del Padre Mier: Antonio, su hermano, y Marcos, su cuñado, esposo de Josefa Mier. Ellos consultaban en sus casas y curaban con remedios o preparados químicos. El que sí realizaba cirugías en su consultorio era el mencionado practicante de medicina Francisco Arjona. 

 

Errata en un Certificado Médico

Veamos un documento de esa época -certificado médico de 1824- que contiene dos curiosidades: la primera es que se refieren al Hospital de sangre como “Hospital Nacional”, y la segunda es que llama a Monterrey como “la ciudad del Nuevo Reino de León” 

 

Certificado y dictamen que hace el Ciudadano José Cornelio de la Vara, Médico y Cirujano del Hospital Nacional de la ciudad del Nuevo Reino de León el cual dictamina que el Soldado nacional de esta ciudad George Allarsagoitia se encuentra enfermo. Dentro del mismo documento el soldado Allarsagoitia pide se le declare exento del servicio militar. Firman: José Corneli de la Vara y Jorge Ayarzagoitia. 

 

Aprueba el gobernador Parás una Escuela de Artes Liberales

Durante el gobierno del primer gobernador constitucional de Nuevo León, José María Parás, el Congreso del Estado aprobó la creación de una Escuela de Artes Liberales, en la que se impartirían clases de Medicina y jurisprudencia. Sin embargo, en el Estado no había gente calificada para dar tales cátedras, y no había presupuesto suficiente para habilitar la escuela. 

 

Se crea la primera Escuela de Medicina, dirigida por Pascual Constanzo

Fue hasta 1828 durante el gobierno de Joaquín García cuando se emitió el decreto que creaba la primera Escuela de Medicina en Nuevo León. Esto se pudo cristalizar gracias a los buenos oficios del senador Simón Herrera y el diputado federal Manuel María de Llano quienes, desde la ciudad de México, pudieron contactar al doctor italiano Pascual Constanzo, quien aceptó venir a la Ciudad para operar la Primera Escuela de Medicina de Monterrey. 

 

A Pascual Constanzo se le asignó, por atender la Escuela de Medicina, un salario de mil pesos anuales; 800 los proporcionaría el estado y 200 el municipio de Monterrey. Pero la Escuela de Medicina requería dónde practicaran sus estudiantes, así que la Iglesia se sumó al proyecto, asignando otros mil pesos a Constanzo para que atendiera el Hospital para Pobres de Nuestra Señora del Rosario, buscando que funcionara como todo un hospital moderno.

 

La crisis económica de la época independiente repercute en el área médica

Sin embargo, algunos planes y proyectos del México independiente no pudieron concretarse en esta primera etapa. Los gobiernos federal y estatales no recaudaban los suficientes impuestos pues carecían de oficio hacendario como el que tenían los funcionarios del Imperio Español. Además, las exportaciones cayeron drásticamente debido a que muchos productos de las Américas fueron sustituidos por otros europeos de una mejor calidad. 

 

La Escuela de Medicina de Monterrey resintió esa limitación. La Iglesia pudo pagar con puntualidad sus compromisos, pero el Estado y el Municipio no, llegando al extremo de que el doctor Constanzo debió litigar la falta de su salario con el Estado. 

 

Ante esta falta de recursos, el cuñado de fray Servando, Marcos Ayala -médico y boticario práctico-, se hizo cargo del Hospital para Pobres de Nuestra Señora del Rosario, que contaba sólo con 15 camas, una cocina, el despacho para un médico, sala de cirugía, capilla, y los aposentos para el facultativo. 

 

El presidente Vicente Guerrero apoya al Hospital de pobres

Sin embargo, al año siguiente de 1829, el presidente Vicente Guerrero inició una serie de programas sociales en el país, entre los cuales estaba el apoyo de cuatro reales para cada médico en todos los hospitales, con lo que continuó funcionando el Hospital de Pobres. 

 

Decreto que publica el Ministro de Guerra y Marina. Sección 5ª del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos. El decreto de 6 de mayo de 1828 por el que se autoriza al gobierno para que de la hacienda federal cubra el déficit hasta cuatro reales por plaza, se hace extensivo a todos los hospitales de la república. Vicente Guerrero a D. Francisco Moctezuma. 
 

Se recibe en Monterrey el 10 de junio de 1829 
Firma Joaquín García y Pedro del Valle, Secretario. 
 

 

El Hospital de pobres daba servicio también a reclusos y al Ejército

Así como sucede en todas partes y en todos los tiempos, los hospitales debían atender a los delincuentes enfermos. Estas personas, mientras eran atendidas, permanecían custodiadas, y la responsabilidad de su custodia era a cargo del ayuntamiento. Este es un ejemplo de una petición del Alcalde al Comandante General, pidiendo una custodia de dos hombres: 

 

(1831) Carta dirigida al Alcalde 1o. de esta Capital por Joaquín García en la que notifica que en la mañana de hoy le mandó un oficio al comandante general para que se sirviera facilitar 2 hombres que custodien al reo Félix Resendes en el hospital hasta que se restablezca. 

 

Por su parte, el Ejército también solicitaba al Hospital informes, para evitar deserciones, de cuando sanaran sus soldados heridos. Esta es una de las muchas peticiones respectivas: 

 

(1831) “Carta dirigida al Administrador del Hospital por el Juzgado 2º en turno, sobre que se sirva avisar cuando se cure José María Ramos, soldado de la 5ª compañía cívica de esta capital.” 

 

Llega a la Presidencia el médico Bustamante; apoya al Hospital de pobres

A nivel nacional, el día primero de enero de 1830, el vicepresidente Anastasio Bustamante se rebeló contra el presidente Vicente Guerrero, a quien finalmente mandó asesinar. Durante el tiempo que gobernó Bustamante jamás uso el título de presidente, todo lo firmó como vicepresidente, tal vez para cubrir el oprobio de haber asesinado al héroe de la Independencia más popular. 

 

Sin embargo, el vicepresidente y médico Bustamante, sensible en el tema de la salud, mandó que la federación sustentara a las cárceles y a los hospitales: 

 

Decreto que publica el Ministro de Estado y del despacho de relaciones, sección 1a del Vice-presidente de los Estados Unidos. Se suplirán por la tesorería general los fondos necesarios para la manutención de las cárceles y hospitales de que está encargado el Ayuntamiento de ésta capital. -- Anastacio Bustamante a D. Lucas Alaman--* Se recibe en Monterrey el 7 de marzo de 1831 Firma Joaquín García y Pedro del Valle, Secretario” 

 

Para abril de 1831 fue nombrado responsable del hospital Juan Antonio de la Garza. Y tal como sucede en todos los hospitales de beneficencia, mientras sea el paciente un desheredado, los servicios hospitalarios corren a cargo de las instituciones, pero si se trata de un paciente con recursos económicos, debe pagar el servicio recibido. 

 

(1831) Cuenta del Hospital causada por el herido Pedro Flores, con expresión de los días que ha estado en curación en este hospital de mi cargo a razón de 4 reales. Por 30 días que se curado y asistio el herido Pedro Flores de este hospital se devera 15 pesos. Juan Antonio de la Garza. 

 

Llega el obispo Belaunzarán y trajo a un médico y a un boticario

Al siguiente año, en 1832, llegó el sexto Obispo José María Belaunzarán y Ureña, quien venía acompañado de un médico de apellido Aristi y del boticario Cristóbal Garfios, quienes sólo colaboraron unos meses en el Hospital de Pobres de Nuestra Señora del Rosario. Para esta fecha el hospital ya había crecido; tenía 30 camas y dos consultorios, más la cocina, la capilla, la sala de cirugía y el patio.  

 

El practicante José Eleuterio González

En 1833 se establecieron en la práctica privada de medicina, Rafael de la Garza y Santiago Cunninham, casi al unísono con el inicio de una epidemia de cólera. El gobierno les pidió colaborar en la asistencia social, pero estos se negaron y atendieron sólo a sus pacientes que pagaban una consulta privada en sus casas. 

 

No se tiene conocimiento de alguna sanción por la falta de solidaridad de estos médicos, pero ese mismo año llegó a la Ciudad un joven practicante de medicina proveniente de Guadalajara: José Eleuterio González Mendoza quien desarrollaría y modificaría la historia de los Hospitales en nuestra ciudad. 

Continuará…

 

 

FUENTES 

Tapia Méndez Aureliano, El Doctor Don José Eleuterio González, Historiador del Noreste de México. Academia Nacional de Historia y Geografía. Editorial JUS S. A. México, D. F., 1976. 

ARCHIVO HISTÓRICO DE MONTERREY

Fondo Correspondencia, Volumen 27, Expediente 22, Folio 3.

Expediente 29, Volumen 24, Folio 7.

Expediente 30, Volumen 30, Folio 9. 

MISCELÁNEO. Expediente 2, Volumen 15, Folio 158.